En el corazón de Valsesia: Monterosa Ski y Alagna
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Valsesia, que se abre a la vertiente piamontesa del Monte Rosa, es el destino ideal para quienes aprecian la belleza de las montañas agrestes.
Aquí, tradición y modernidad coexisten, reforzándose mutuamente. Por un lado, un estilo de vida inspirado en el pasado y, por otro, las instalaciones deportivas de vanguardia para divertirse en la nieve de Monterosa Ski.
Tres valles para esquiar
El Monterosa Ski se extiende entre Alagna, Gressoney, Champoluc, Antagnod hasta un total de 180 km de pistas entre Piamonte y Val d'Aosta.
Alagna es el valle más agreste y el punto de acceso a las más bellas zonas fuera de pista del Monte Rosa. Es el destino idóneo para quienes buscan emociones y naturaleza virgen.
Son tres valles interconectados que se pueden explorar sin necesidad de quitarse los esquís: Valsesia, Valle d'Ayas y Valle di Gressoney. Al llegar a los 3260 metros del glaciar de Indren, todos los valles se abren a tus pies.
Además de los numerosos descensos, Monterosa Ski ofrece la posibilidad de practicar esquí alpino y fuera de pista con pieles de foca en los pies, especialmente entre Alagna y Gressoney.
El destino más popular para los amantes de esquí fuera de pista es el Refugio Margarita, el más alto de Europa, a 4554 metros. También son espectaculares el Corno Nero, la Pirámide de Vincent, el Pico Castore y la Punta Giordani, todos a 4000 metros.
Alagna, el paraíso del “freeride”
Alpinismo, esquí alpino, senderismo, descenso y heliesquí: cualquiera que sea tu pasión Alagna sabe cómo complacerte. Pero son, sobre todo, los aficionados al esquí fuera de pista quienes la han consagrado como una auténtica capital de esta disciplina. No en vano se la conoce como “Freeride Paradise” (Paraíso del esquí fuera de pista).
La particular conformación de la vaguada, escarpada pero con numerosos pequeños valles laterales, permite disfrutar al máximo de la experiencia del esquí fuera de pista en un paisaje majestuoso que cambia continuamente.
Las rutas más espectaculares se encuentran alrededor de Punta Giordani y Malfatta, pero también en el valle de Bors, con su pista Balma. Comienza en Punta Indren o Passo dei Salati y hay muchas variantes para elegir: Paso del Diablo, Canal en Y, Canal Longhez y muchos más.
¿Te atreves a desafiar tus límites? La ruta ideal para ti es el Canal Perazzi, con una inclinación de 55º. Y, para quienes quieran probar el heliesquí, las rutas de Cavallo, Turlo y Rizzetti están abiertas para vivir una experiencia inolvidable.
Las tradiciones de Alagna: el pueblo Walser
En el parque natural de Alta Valsesia, la reserva protegida más alta de Europa, Alagna es un tesoro de historias por descubrir. El Monte Rosa vela por el pueblo que conserva las huellas del antiguo pueblo Walser, que arribó aquí desde Suiza en el siglo XIII.
Los Walser hablaban una variante del dialecto alemán denominada Titzsch. A ellos se debe una de las fiestas más antiguas de Alagna, el Rosario Fiorito, una procesión dedicada a la Virgen que desde 1683 se celebra el primer domingo de octubre. Un museo en una antigua casa tradicional está enteramente dedicado a este pueblo y narra sus tradiciones aún vivas.
Sabor a Alagna
Como las mañanas en la pista dan hambre, haz una pausa gastronómica para reponer fuerzas probando las especialidades locales. No te pierdas el walsechäis, queso de la tradición Walser, ni la mantequilla de los pastores preparada en los pastos alpinos de verano.
Entre los embutidos que hay que probar se encuentran el chua wurst, un salami de vaca curado y ahumado con enebro, además del Weißwurst, un salami de cabra. No olvides pedir también una tabla de mocetta, otro embutido local. Acompáñalo con polenta concia y remata la comida con una tarta Walser. Los vinos que debes probar porque son exquisitos son los Nebbiolos de Gattinara, Ghemme y Erbaluce.
Por los alrededores de Alagna: una excursión a las afueras de la ciudad
Después de tanta nieve y un delicioso almuerzo, puede que te apetezca ir de excursión. En los alrededores puedes visitar el Sacro Monte de Varallo Sesia, el molino de Mollia, Rassa con sus pequeños puentes de piedra sobre el río y sus estrechas calles, los pueblos de Rimella y Carcoforo, así como el pequeño pueblo de Rimasco a orillas de un plácido lago.