Valmalenco: esquí, naturaleza y el teleférico más grande de Europa

En Valmalenco, la nieve nunca falta, o casi nunca. De diciembre a abril, el paisaje y el panorama que aparecerán ante sus ojos serán de tarjeta postal, con el Alpe Palù, sus picos y los refugios de sugestiva apariencia, envueltos por el refulgente blanco de la nieve fresca. 

Aquí no solo hay oportunidades para el deporte activo: una vez que llegues a Valmalenco, no te faltarán momentos para relajarte, además de una gastronomía típica, que no debes dejar de probar.
Desde los embutidos, los quesos y los tallarines con champiñones, pasando por la carne de ternera con polenta taragna, y hasta el inevitable strudel de manzana, nunca te quedarás hambriento o insatisfecho.

Luego están los amantes de los paseos. Una excursión a pie o con las clásicas raquetas de nieve alrededor del lago Palù bien merece la pena el viaje. Entre pinos y abetos y un río de agua normalmente congelado, estarás rodeado de un entorno de cuento de hadas. 

En la estación hay 17 pistas de esquí, de las cuales, 3 son negras, 8 rojas y 6 azules. En términos numéricos, las cifras continúan con 25 kilómetros de pistas de descenso fácil, 25 de pistas de nivel medio y 10 difíciles, con 10 remontes que alcanzan una altitud máxima de 2370 metros (Bocchel del Torno).

Además, los intrépidos snowboarders y freestyle podrán pasar su tiempo en el snowpark.

Las pistas de fondo tienen una longitud total de 37 kilómetros y, gracias al nuevo sistema Sport-RFID, es posible volver a verse en los vídeos casi en tiempo real. 

Chiesa Valmalenco es muy apreciada por los senderistas, porque se levanta en el corazón de la ruta Alta Via della Valmalenco, una travesía de 8 días rica en panorámicas, que llega cerca del macizo de Bernina, el Monte Disgrazia y el Gruppo dello Scalino.