Mantua y Sabbioneta, las perlas del valle del Po
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Ricas en encanto, arte e historia, Mantua y Sabbioneta son dos hermosas ciudades en el corazón del valle del Po: ¿qué tienen en común? La presencia de los Gonzaga las transformó en magníficos centros del Renacimiento italiano y europeo.
Mantua y Sabbioneta: dónde están
Mantua y Sabbioneta están situadas a pocos kilómetros de distancia en una de las zonas más frondosas del valle del Po, en el sureste de Lombardía. Mantua, verdadera encarnación del modelo evolutivo de la ciudad de la Italia del Renacimiento, constantemente renovada entre los siglos XV y XVI, se alza a orillas de las tres cuencas alimentadas por el río Mincio.
Sabbioneta, y su pintoresco centro histórico, se encuentran un poco más al sur, a lo largo de la ruta de la antigua vía Vitelliana, entre los ríos Po y Oglio. La ciudad, considerada una de las más bellas de Italia, debe todo su esplendor a la familia Gonzaga, que la fundó en esta posición estratégica y la convirtió en uno de los modelos de referencia de la ciudad ideal propuesta por el Humanismo.
Historia e información sobre Mantua y Sabbioneta
La historia de Mantua comienza con la expansión de los etruscos a partir del año 750 a. C., pero para llegar a la época de máximo esplendor de la ciudad hay que esperar hasta principios del siglo XIV con la familia Gonzaga, que la gobernó durante casi 4 siglos hasta 1707. Especialmente importante fue la figura de Ludovico III Gonzaga, que llamó a la corte de Mantua a los artistas más influyentes de la época, como Leon Battista Alberti y Andrea Mantegna. Lo mismo hizo unos años más tarde Federico II Gonzaga, que invitó a la ciudad al arquitecto y pintor Julius Romano y contribuyó a cambiar la cara de Mantua para siempre.
Es en este periodo cuando comienza la historia de Sabbioneta, inseparablemente ligada a Vespasiano I Gonzaga. Fue él quien fundó la ciudad en 1556 y la diseñó según el concepto de la ciudad ideal del Renacimiento: a lo largo de 35 años, hasta su muerte, Vespasiano se dedicó al esplendor de Sabbioneta, convirtiéndose en su primer y único duque.
Por qué son patrimonio de la UNESCO
Mantua y Sabbioneta, testimonios excepcionales del intercambio de influencias del Humanismo y la cultura del Renacimiento, forman parte del Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 2008.
Dos caras de una misma moneda, dos ejemplos de ciudades del Renacimiento cuya importancia, según la Unesco, deriva de la arquitectura, el arte monumental y el urbanismo, sostenidos a lo largo de los siglos por la familia Gonzaga, que contribuyó a la difusión de la cultura renacentista dentro y fuera de Europa.
Los lugares más bellos para visitar en Mantua
Un centro histórico que es un cofre del tesoro, con joyas que recuerdan el esplendor del Renacimiento de Mantua y de los Gonzaga en cada rincón. Comienza en el centro histórico con la gran plaza Sordello, dominada por los edificios más importantes de la ciudad.
El palacio ducal, residencia principal de los Gonzaga, es una verdadera ciudad-palacio con más de 500 salas construidas a lo largo de los siglos por distintos miembros de la familia. La estructura incorpora el castillo de San Giorgio, del siglo XIV, en cuyo interior se encuentra la sala más famosa de todo el palacio ducal, la habitación de los novios, pintada al fresco entre 1465 y 1474 por Mantegna y considerada una de las obras maestras de la pintura italiana del siglo XV.
Frente a la entrada del palacio se encuentra la catedral de Mantua, reconstruida en la Edad Media y ampliada a principios del siglo XV por Julius Romano a instancias de Francesco I Gonzaga. Allí, con sus almenas gibelinas aún intactas, se encuentra el palacio Castiglioni dominado por la torre della Gabbia, símbolo del poder de los Bonacolsi que gobernaron la ciudad antes que los Gonzaga.
Camina unos metros para llegar a la plaza de las Hierbas dominada por la torre del Reloj, construida en 1472 por Luca Fancelli a petición de Ludovico II Gonzaga. Lo primero que notarás es el reloj con números romanos, signos zodiacales, horas planetarias y las fases de la Luna. Entra en el museo del Tiempo dentro de la torre para descubrir todos sus secretos y ver la ciudad desde una posición única. La rotonda de San Lorenzo, uno de los edificios más antiguos de Mantua, está al lado.
En la parte oriental de la ciudad, rodeado de vegetación, se encuentra el palacio del Té, una grandiosa villa encargada en 1525 por Federico II Gonzaga a Julius Romano, quien también realizó la rica decoración interior, empezando por el suntuoso salón del amor y la psique, que no te puedes perder. A tiro de piedra se encuentran 2 lugares de Mantua que no hay que perderse: la casa Mantegna, hogar del pintor desde su llegada a la ciudad hasta su muerte, y el templo de San Sebastián, diseñado por Leon Battista Alberti.
Los lugares más bellos para visitar en Sabbioneta
Sabbioneta es una pequeña ciudad en la que todo lo más bonito que hay que ver se concentra en el encantador centro histórico rodeado por las murallas construidas en 1554.
El teatro all'Antica, diseñado por Vincenzo Scamozzi e inspirado en el teatro Olímpico de Vicenza, te impresionará por su espléndida logia formada por una columnata coronada con estatuas de los dioses del Olimpo. A la vuelta de la esquina, visita el palacio ducal donde vivió Vespasiano Gonzaga y la austera iglesia de la Beata Vergine Incoronata, donde se encuentra la tumba del mausoleo del duque.
En el lado opuesto de la ciudad, a 4 minutos a pie, se encuentran el palacio del Jardín, concebido por el duque como lugar para su vida privada, y la galería de los Antichi. Aquí, en sus 97 metros de longitud, Vespasiano guardaba su colección de mármoles antiguos, que ahora se encuentra en el palacio ducal de Mantua.
Productos y platos típicos Mantua y Sabbioneta
Mantua y Sabbioneta también te sorprenderán con sus tradiciones gastronómicas y vinícolas. Haz una pausa durante la visita y prueba los tortelli de calabaza, estrictamente artesanales con un relleno de calabaza dulce combinado con el sabor picante de la mostaza di Mantova, mientras te tomas una copa de vino lambrusco.
Si aún no estás lleno, elige entre el estofado de burro acompañado de la siempre presente polenta de maíz o el muy celebrado cotechino de Mantua. Si quieres terminar con una nota glotona, prueba la tarta Sbrisolona: no encontrarás un mesón o restaurante que no ofrezca esta deliciosa tarta nacida en Mantua.