Resumen
A lo largo de la Via Ostiense, en la orilla izquierda del Tíber, la central termoeléctrica Montemartini, inaugurada en 1912, es un extraordinario ejemplo de conversión de un edificio industrial en un museo, que ofrece una experiencia de visita y una panorámica realmente notable. Junto a la maquinaria reacondicionada en brillante metal negro, en las grandiosas salas con decoración de estilo «Liberty», brillan los mármoles antiguos de las colecciones de los Museos Capitolinos, cuyo segundo centro de exposiciones es la propia central. Hay más de 400 esculturas etruscas, helénicas y romanas expuestas entre los colosales motores diésel y una caldera para la producción de vapor, obras maestras de la escultura antigua y valiosos artefactos encontrados en las excavaciones de finales del siglo XIX y principios del XX. Destacan las esculturas que adornaban el frontón del templo de Apolo Sosiano en el teatro Marcello. La sala de la Caldera, pintada en un increíble verde azulado, contiene una de las estatuas más interesantes de la colección, la de la Musa Polimnia, y la de un sátiro en reposo de la época de Adriano. Otra pieza de valor en la sala es el amplio mosaico con escenas de caza procedentes de S. Bibiana.
