Roma: el irresistible encanto de la Ciudad Eterna

Según la tradición, Roma fue fundada el 21 de abril de 753 a. C. por Rómulo. Una serie de guerras y conquistas condujeron a la fundación del Imperio Romano en el año 27 a. C. En el año 395, se dividió en dos partes: el Imperio Romano de Occidente, que terminó en el 476, y el Imperio Romano de Oriente, que duró hasta 1453. Durante el Renacimiento, Roma volvió a ser el centro del mundo durante, es decir, entre 1440 y la primera mitad del siglo XVI, convirtiéndose en un semillero de talentos como Miguel Ángel y Rafael. Entre las obras realizadas en ese periodo se destacan la nueva Basílica de San Pietro y la Capilla Sixtina. Lamentablemente, varios edificios renacentistas fueron demolidos en 1900, durante el periodo fascista, debido a la revolución urbanística ordenada por Benito Mussolini. En 1946, tras la Segunda Guerra Mundial, Roma se convirtió en la capital de la República Italiana y nuevamente comenzó a florecer.

Una vez que se llega a Roma, se corre el riesgo de entrar en crisis: por donde mires hay monumentos para admirar.

• La Roma arqueológica: uno de los símbolos de la capital es el Coliseo, el mayor y más famoso anfiteatro romano del mundo, construido entre los años 70 y 80 d. C., escenario de luchas de gladiadores, pero también de juegos y espectáculos circenses. También puedes sumergirte en el pasado visitando los Foros Imperiales, ruinas de cinco plazas monumentales construidas entre el 46 a. C. y el 113 d. C, que se extienden hasta Plaza de Venecia situada a los pies del Campidoglio. ¿Qué decir del Ara Pacis Augustae o Altar de la Paz? Su estructura de mármol es una obra maestra de la escultura romana. Fue construida para celebrar el regreso de Augusto de sus campañas en España y Galia. Hoy, el altar se encuentra en un museo.
  
  
• Roma y sus fuentes: una visita obligada para los amantes de las esculturas y los juegos de agua es la Fontana di Trevi, donde se acostumbra a lanzar una moneda con los ojos cerrados y de espaldas, con la mano derecha y hacia el lado izquierdo. Tampoco puedes perderte visitar la Piazza Navona, con su espectacular Fuente de los Cuatro Ríos.
  
  
• Roma y sus plazas: es muy agradable perderse por las grandes plazas de la ciudad, como la Plaza de España, embellecida por la impresionante Escalinata de la Trinidad de los Montes con sus 130 escalones. También está la Piazza San Pietro, lugar de peregrinación para los fieles católicos de todo el mundo.
  
  
• Roma y la espiritualidad: el Vaticano es el hogar del Papa, pero también del Arte Los Museos Vaticanos ofrecen un viaje artístico único, con los pisos papales con frescos de Miguel Ángel y Rafael y la Capilla Sixtina, donde se puede admirar el "Juicio Final" de Miguel Ángel. También se encuentra el Panteón, un templo dedicado a las deidades clásicas convertido, posteriormente, en una basílica cristiana.
  
  
• Roma entre el pasado y el presente: los amantes del arte no pueden evitar Villa Borghese, ya que la Galería Borghese alberga obras de artistas como Gian Lorenzo Bernini, Antonio Canova, Caravaggio, Rafael y Tiziano. Vale la pena subir al Quirinale, que fue la residencia oficial de los reyes de Italia y hoy de los presidentes de la República. También puedes visitar EUR un barrio construido en los años 30 para la Exposición Universal prevista en Roma.

Cuando uno visita Roma, es natural dedicarse a los museos y a los sitios arqueológicos, pero la ciudad ofrece muchas otras cosas para hacer. Una buena idea puede ser un paseo a caballo. Entre los itinerarios imperdibles (también a pie) está el de la Appia Antica, que permite sumergirse en la naturaleza y al mismo tiempo descubrir las maravillas arqueológicas diseminadas a lo largo del recorrido.

Otra opción es tomar un barco turístico y hacer un viaje por el Tíber. Incluso hay varias puedes elegir entre varias rutas, desde la Foce del Tevere hasta Ostia Antica.

Merece la pena dar un paseo hasta Villa Borghese, que consta de 80 hectáreas de naturaleza, monumentos y diversos aspectos culturales. Si quieres hacer compras, puedes explorar el mercado de Campo de' Fiori o las glamurosas Via dei Condotti y Via del Corso.

No hay que olvidar, por supuesto, el aspecto culinario. La cocina del Lacio y de Roma se caracteriza por sus sabores fuertes y decididos. Aquí tienes algunas sugerencias sobre qué comer en Roma:

• La Pasta alla carbonara, elaborada con huevos, guanciale y queso pecorino romano, es casi el plato oficial de la ciudad. Otra opción es probar los Bucatini all'amatriciana, una pasta condimentada con guanciale, tomates pelados y queso pecorino romano. Un clásico indiscutible son los Gnocchi alla Romana, elaborados con una masa a base de sémola.
  
  
• Si, por el contrario, quieres centrarte en un segundo plato de carne, puedes empezar con el Saltimbocca alla romana, elaborada con lonchas de ternera recubiertas de prosciutto y salvia y terminar con la Coda alla vaccinara, es decir, rabo de ternera guisado y condimentado con diversas verduras. Casi nos olvidamos de la Trippa alla romana, también conocida en la versión de mítica Sora Lella, que añadía ingredientes como la menta y el queso pecorino romano.

También existe una Roma poco conocida y extremadamente fascinante. Se trata de la de los lugares insólitos.

Entre los más característicos está el Quartiere Coppedé, un conjunto de edificios en el barrio de Trieste, en el que se mezclan diferentes géneros arquitectónicos, desde el gótico al barroco, pasando por el Liberty y el Art Decò.

En el barrio de Monti se encuentra la Basílica de San Pietro in Vincoli, donde se encuentra la tumba de Giulio II y donde se puede admirar el "Moisés", la famosa escultura de Miguel Ángel.

Uno de los lugares más llamativos de la capital es, sin duda, el Jardín de los Naranjos, en lo alto de la colina del Aventino, con vistas espectaculares de la ciudad. Otros sitios insólitos son cementerio no católico de Roma, ubicado en el barrio de Testaccio, el Gueto judío, uno de los más antiguos del mundo, y la cripta de los capuchinos, cerca de la plaza Barberini.