El Moisés de Miguel Ángel en San Pedro ad Víncula
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Casi escondido en el maravillosos barrio de Monti, de Roma; en la iglesia de San Pedro ad Víncula, se encuentra uno de las mayores obras de arte italianas: el Moisés de Miguel Ángel, ejemplo indiscutible de asombrosa maestría e incomparable belleza.
El barrio de Monti
Monti es una de las zonas más apreciadas y bellas de Roma. La zona es atravesada por la vía Cavour que parte de vía de los Foros Imperiales y llega hasta el Monte Esquilino.
Más o menos a la mitad de vía Cavour, en la parte derecha, se encuentra la empinada escalinata de vía San Francisco de Paula. Una vez superados los estrechos escalones se llega a la plaza de San Pedro ad Víncula, dominada por la fachada del siglo XVI de la iglesia del mismo nombre.
Iglesia de San Pedro ad Víncula
San Pedro ad Víncula fue fundada en el siglo V por la emperatriz Eudoxia para custodiar una preciosa reliquia: la cadena con la que estuvo prisionero San Pedro en Jerusalem y que hoy se conserva bajo el altar mayor y se expone a los fieles el 1 de agosto de cada año.
Reconstruída en el siglo VII, sucesivas intervenciones en la fachada y en el pórtico vinieron realizadas durante el siglo XVI, mientras que el interior fue modificado en el siglo XVIII.
Delante de la iglesia se erige un pórtico de cinco arcos que se apoyan en pilastras octogonales y que cuentan con capiteles con el escudo del papa Julio II. El interior de la iglesia, de planta basilical, se divide en tres naves, separadas por 20 columnas dóricas de mármol griego.
Moisés de Miguel Ángel
Desde 1545 en el lado derecho del transepto de la iglesia se puede admirar una de las obras maestras del arte del siglo XVI, el Moisés de Miguel Ángel.
La colosal estatua, esculpida en 1513 como parte del monumento fúnebre que Julio II había encargado a Buonarroti, fue completada tan sólo tras la muerte del papa que de hecho, fue enterrado en la basílica de San Pedro en el Vaticano.
La obra, influida por Rafael y Donatello, representa un majestuoso Moisés sentado, con las Tablas de la Ley bajo un brazo, mientras con la otra mano acaricia su larga barba, que según Vasari, fue esculpida con tal perfección que parecía más “trabajo de un pincel que de un cincel”.
El momento representado por miguel Ángel es el sucesivo a la entrega de los Diez Mandamientos en el Monte Sinaí, cuando Moisés encuentra a los israelíes adorando un becerro de oro, símbolo de la adoración a dioses paganos.
Moisés aparece con un gesto de irritación y parece a punto de alzarse y destruir todo. Una rabia perfectamente expresada en las venas marcadas y los músculos en tensión que dan vida al mármol.
Curiosidades
Con motivo de las divergencias entre el papa y Miguel Ángel, la obra destinada a la Basílica de San Pedro, fue colocada en San Pedro ad Víncula. Julio II fue completamente absorbido por la reconstrucción de San Pedro del Vaticano y dejó de lado la idea de su mausoleo.
Curiosidades
Con motivo de las divergencias entre el papa y Miguel Ángel, la obra destinada a la Basílica de San Pedro, fue colocada en San Pedro ad Víncula. Julio II fue completamente absorbido por la reconstrucción de San Pedro del Vaticano y dejó de lado la idea de su mausoleo.
Los cuernos que aparecen sobre la cabeza del Moisés derivan de una traducción errónea del Libro del Éxodo en el que se narra que Moisés, mientras descendía del Sinaí, tenía dos rayos que salían de su frente. En hebreo “karan” o “karnaim” (“rayo”) puede confundirse con “keren” (“cuerno”).
Según muchos críticos ésta fue una de las obras favoritas de Miguel Ángel que la consideraba de un perfecto realismo. Crónicas de la época narran que el artista, una vez concluida la obra, la golpeó ordenándola que hablara.
Recientemente un equipo de investigación de la universidad "Sapienza" de Roma para tratar de cuantificar la emoción provocada por la observación de la gran belleza, derivada por ejemplo de una obra maestra del arte, han medido la actividad cerebral de los visitantes mientras observan el Moisés de Miguel Ángel.