Resumen
Las catacumbas de Domitila, quizás un poco menos conocidas que las cercanas catacumbas de San Calixto y San Sebastián, son impresionantes en apariencia y tamaño. A lo largo de unos 12 kilómetros de galerías subterráneas corren las paredes de los sepulcros, decoradas con símbolos y escenas bíblicas que nos recuerdan la fe en la resurrección. De hecho, los primeros cristianos comenzaron a enterrar los cuerpos de los fieles para preservarlos con la vista puesta en el más allá, yendo en contra de la tradicional cremación practicada por los paganos.
La Domitila que da nombre al emplazamiento es Flavia Domitila. Se trata de la sobrina del emperador Vespasiano y poseía originalmente los terrenos que hoy cubren la intrincada red de catacumbas paleocristianas.
