Las obras de defensa venecianas, puestos de avanzada de la República de Venecia
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Las Obras de Defensa venecianas, las mayores y más innovadoras redes defensivas, construidas en Venecia durante su época de mayor poderío para protegerse de otras potencias europeas y apoyar la expansión de la República.
En el puesto 53 de sitios italianos de la UNESCO, las "Obras de defensa venecianas entre los siglos XVI y XVII: Estado de Tierra - Estado de Mar occidental" ofrecen un testimonio excepcional de la cultura militar desarrollada por la República de Venecia.
Qué son las Obras de defensa venecianas y dónde están
Recogidas en un sitio serial transnacional que incluye las más extensas e innovadoras redes de defensa construidas por la Serenísima, estructuras murarias de excepcional valor histórico, arquitectónico y tecnológico, las Obras de defensa venecianas atraviesan varios países, como Italia, Croacia y Montenegro, con el municipio de Bérgamo como núcleo principal, registrado en la Lista del Patrimonio Mundial en el año 2017.
Todavía hoy son testimonio del inmenso poder de la República de Venecia y de su necesidad de defenderse de otras potencias europeas que intentaban detener o reducir su expansión.
Tres de estas obras defensivas se encuentran dentro de las fronteras italianas: la ciudad fortificada de Bérgamo, en Lombardía, la ciudad fortificada de Peschiera del Garda, en el Véneto, y la ciudad-fortaleza de Palmanova, en Friuli-Venezia Giulia. Se trata de las defensas del Estado de Tierra, construidas por la Serenísima contra las potencias europeas del noreste.
Las defensas del Estado de Mar, construidas para proteger las rutas marítimas y los puertos del mar Adriático de las incursiones del Levante, se encuentran, en cambio, entre las ciudades croatas de Zadar y Šibenik y Kotor en Montenegro.
Historia e información sobre las Obras de defensa venecianas
Las Obras de defensa se remontan al periodo de máxima expansión de la República de Venecia, es decir, a la época en que la introducción de la pólvora con fines bélicos obligó a revisar las técnicas y la arquitectura militar. La Serenísima, dispuesta a defender sus fronteras con la mayor eficacia posible, renovó las fortificaciones existentes entre los siglos XV y XVII, adoptando el sistema de defensa abaluartada, también conocido como alla moderna.
La ciudad fortificada de Bérgamo, el extremo más occidental del sistema defensivo del Estado de Tierra de la Serenísima, levantó nuevas murallas, internas y externas, con elementos fortificados como las fortalezas de San Vigilio y San Domenico y la Cittadella y Rocca. Las fortificaciones de la fortaleza de Peschiera también se renovaron con la introducción de murallas y baluartes en las cinco esquinas de las murallas medievales.
Palmanova, fundada por los venecianos a finales del siglo XVII, se planificó desde el principio como un núcleo urbano contenido dentro de tres murallas concéntricas y, al día de hoy, se considera uno de los ejemplares mejor conservados de arquitectura militar y una ciudad ideal del Renacimiento.
Por qué se convirtió en patrimonio de la UNESCO
Testimonio excepcional de la arquitectura militar "alla moderna" que se desarrolló en la República de Venecia en los siglos XVI y XVII, involucrando vastos territorios y creando importantes interacciones, las obras de defensa venecianas han sido incluidas en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Las seis obras de defensa venecianas, según la UNESCO, muestran las características del sistema de fortificación abaluartada y atestiguan las modernas estrategias de combate y las renovadas exigencias arquitectónicas, la capacidad técnica y logística de la Serenísima plenamente expresada en el Estado de Tierra y en la zona occidental del Estado de Mar.
Qué ver entre las Obras de defensa venecianas
Si podemos aconsejarte, tu recorrido para descubrir las obras de defensa venecianas debe comenzar en Bérgamo, una ciudad de arte en Lombardía que representaba el puesto más occidental de todo el sistema de defensa en el apogeo del poder de la Serenísima. Debido a su crucial y estratégica posición para la República de Venecia, Bérgamo levantó una imponente muralla que se extiende a lo largo de 6 kilómetros con una altura máxima de 50 metros.
El acceso al centro histórico de la ciudad era a través de 4 puertas monumentales, mientras que a lo largo de las murallas se alternaban 14 baluartes, 100 aberturas para las cañoneras y dos polvorines. Si llegas a Bérgamo, te sorprenderá el excelente estado de conservación de las murallas mientras las recorres. No solo retrocederás en el tiempo a los años de esplendor de la Serenísima, sino que también disfrutarás de un panorama único de la ciudad baja y del valle del Po.
Peschiera del Garda, a orillas del Lago de Garda, en el Véneto, es otro ejemplo del impresionante sistema defensivo de la Serenísima. Al igual que Bérgamo, Peschiera del Garda ya era una ciudad fortificada durante el domino romano.
La República de Venecia renovó las fortificaciones con una muralla que seguía el patrón pentagonal de aquella medieval y, basándose en un diseño del arquitecto y urbanista Michele Sanmicheli, añadió los cinco baluartes y las dos puertas de entrada.
La fortaleza de Peschiera del Garda se puede visitar íntegramente a pie. Puedes ir de baluarte en baluarte y pasear por el enorme complejo, visitando el Cuartel de Infantería Francisco I y el Edificio de Mando de la Fortaleza, así como el Hospital Militar del Ejército y el Pabellón de los Grandes Oficiales. Si tienes la oportunidad, no dejes de descubrir la Fortezza desde las aguas del lago de Garda en una excursión por barco.
La ciudad fortaleza de Palmanova es la tercera obra maestra de la arquitectura militar veneciana. Situada en Friuli-Venezia Giulia, la ciudad fue construida por la Serenísima para defenderse de la amenaza otomana y austriaca. Con su singular estructura hexagonal y su perfecta simetría, Palmanova era una verdadera máquina de guerra con baluartes y murallas diseñados, desde cero, teniendo en cuenta el alcance de los cañones de la época.
El centro histórico de Palmanova está protegido por tres murallas concéntricas, dos construidas por la República de Venecia y una, la más externa, que data de la época napoleónica de principios del siglo XIX.
Si no hay miradores desde los que admirar la ciudad desde lo alto, disfrutando de su característica forma de estrella de nueve puntas, podrás vislumbrar el trazado de Palmanova tomando uno de los muchos caminos que recorren las murallas.
Desde cualquier punto de la muralla, se puede caminar hacia el centro de la ciudad para llegar a la Piazza Grande, con su perfecta forma hexagonal.