El centro histórico de Palomonte
El pequeño pueblo de Santa Maria della Sperlonga
Palomonte, cuando se mira desde lejos, parece un pueblecito muy unido, ya que está encaramado en la montaña. Pero la verdad es algo diferente y para descubrirla hay que alejarse del Tanagro casi hasta el borde de su valle, para explorar el centro de la ciudad. Aquí, caminando por las calles, uno sonríe ante los colores vivos de las casas más recientes, sólo para encontrarse con tramos de muralla, viejas casas de piedra, puertas que ahora custodian casas vacías y ventanas cerradas para siempre. Un pueblo, dos almas y una lágrima que tiene una fecha precisa: 23 de noviembre de 1980. El terremoto de Irpinia.
Por qué es especial
No todo fue destruido: varios edificios históricos siguen siendo visibles hoy en día, como el Santuario de Santa Maria della Sperlonga y la Iglesia Madre Santa Croce. Pero Palomonte no es sólo historia y arquitectura: el vínculo con sus montañas es estrecho, y así las maravillas arquitectónicas están flanqueadas por las naturales, que se descubren a través de un hermoso paseo: las cascadas del Forte Pisciolo, formadas por el torrente Vonghia que desemboca en el Tanagro, o las cuevas de la Grotte della Palomba, habitadas por los hombres del Neolítico.
No hay que perderse
Entre las localidades de Palomonte y Sicignano se encuentra la Iglesia bizantina de Santa Maria della Sperlonga, construida entre los siglos IV y V d.C. La pequeña iglesia está rodeada de arroyos que esconden cuevas naturales ricas en flora exuberante, donde los monjes basilianos buscaban consuelo en un retiro ascético durante unos días a la semana. En el interior de la iglesia se pueden ver frescos tan antiguos como fascinantes, creados por los propios monjes. Entre las representaciones mejor conservadas se encuentran la Ascensión de María, una Virgen Odigitria, los santos Cosme y Saba y la más querida por los fieles: la Virgen del Niño.
Un poco de historia
Los orígenes de Palomonte siguen siendo un misterio, aunque se sabe que, como muchos otros pueblos, pasó por varias dominaciones a lo largo de los siglos. Lo que cuenta esta historia, además de los documentos oficiales, son algunos detalles en Palomonte y sus alrededores: los restos de una fortificación longobarda que data de alrededor del año 1000, las columnatas de la Iglesia Madre Santa Croce, que data del periodo de influencia aragonesa, y mucho más. Pero lo que más pesa en el corazón de los habitantes del pueblo es su historia reciente, marcada por el trágico terremoto de Irpinia, el dolor, pero también la determinación y la fuerza para levantarse y reconstruir.
Curiosidades
Los monjes ermitaños no fueron los primeros habitantes de las cuevas. Muchas de ellas, de hecho, ya habían albergado asentamientos humanos en tiempos prehistóricos, como demuestran los grafitis y las cuencas realizadas en esa remota época.
Credit to: Gianfranco Vitolo