Resumen
Pereto observa el valle de abajo desde el espolón de la roca en la que se ubica, como un antiguo guardián que vigila su reino. A su alrededor, las rocas dominan el territorio, alternando con verdes bosques de robles, encinas y hayas, que suavizan el paisaje. Su territorio ha sido siempre una zona de paso y de frontera, tanto que se ha ganado el nombre de "Porta d'Abruzzo" (Puerta de los Abruzos). El antiguo pueblo está dominado por el edificio que es su símbolo y su historia: el castillo medieval, construido tal como lo vemos hoy por Federico II de Suabia. Con su torreón, sus torres de vigilancia y sus puertas de entrada, nos transporta a ambientes medievales, entre duelos y hechizos, batallas y leyendas. Como si el tiempo no hubiera pasado, en ciertas tardes de invierno todavía se oyen los cascos de los caballos que suben hacia la fortaleza...
