Visitar Scanno en coche

Situada a poco más de mil metros sobre el nivel del mar, en los montes Marsicani del Parque Nacional de los Abruzos, el origen del nombre de esta localidad se remonta comúnmente al latín (Scamnum, 'taburete') porque la colina sobre la que se construyó el centro histórico se parece a un banco. El núcleo más antiguo de Scanno se remonta al siglo XI, época en la que está fechado el primer documento histórico que hace referencia a la localidad, el año 1067, en la Edad Media. Toda su riqueza se debe a la transformación de la lana, industria ya floreciente en el siglo XV, y desde antiguo también a la artesanía orfebre y al encaje de bolillos, con preciosos encajes hechos a mano.

La iglesia de Santa Maria della Valle (o Nuestra Señora de la Asunción), del siglo XII, domina la plaza principal y destaca con su campanario de 35 metros de altura. Su interior está dividido en tres naves con piedra blanca resaltada por detalles rojos que la decoran. Junto con la iglesia de Sant'Eustachio (patrón de Scanno), es la más antigua de la ciudad. Después es imprescindible pasear por el centro histórico, inspiración para innumerables fotógrafos, donde podéis admirar unas encantadoras vistas y, sobre todo, el lago de Scanno, Bandera Azul 2019, el mayor lago natural de la región, famoso por su forma de corazón.

Una de las fiestas más importantes del pueblo es, sin duda, "Ju Catenacce", una recreación de las antiguas procesiones nupciales de la localidad, que se celebra el día 14 de agosto, cuando los hombres y mujeres del municipio desfilan con sus trajes tradicionales, atrayendo cada año a cientos de turistas y curiosos. El desfile termina en la plaza de la Madonna della Valle con un grupo de baile, mientras los organizadores ofrecen dulces locales a los espectadores.

Los platos típicos de Scanno mantienen intacto los métodos tradicionales de la cocina pobre. Empezando por los "chezzelliti e foglie", pasta sencilla elaborada con harina de trigo Solina aderezada con orapi, espinacas silvestres de la montaña. El cordero domina los platos principales, seguido de una variedad de embutidos y quesos de oveja de la zona. Como era de esperar, no faltan los postres: los más famosos son los mostaccioli (mostachones hechos con almendras y bizcocho, cubiertos de azúcar glas o chocolate negro) y el pan dell'orso (hecho con tres harinas diferentes -trigo duro, patatas y almendras-, mantequilla, miel, azúcar, naranja y limón).

Hay varios aparcamientos disponibles en Via Napoli y Via degli Alpini, que permiten acceder cómodamente a pie al centro.