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Punta Aderci

Resumen

Punta Aderci, en el corazón de una reserva natural

Playas bañadas por un mar transparente, dentro de un entorno natural de gran belleza: nos encontramos en uno de los sectores de costa más sorprendentes del mar Adriático, en los Abruzos, en la zona protegida de Punta Aderci. Aquí podrás disfrutar de unas vacaciones completas, en una interesante combinación de relax marino y exploración del espléndido paisaje. Una costa variada de arena, guijarros y promontorios.

 

La protección del medio ambiente es un punto fuerte

Punta Aderci, la primera zona protegida que se estableció en el litoral de los Abruzos, se extiende a lo largo de 285 hectáreas desde el puerto de Vasto hasta la desembocadura del río Sinello. Si se incluye toda la zona exterior, hay un total de 400 hectáreas de naturaleza virgen. Ahí el medio ambiente está protegido en todos sus aspectos. Por ello, se pide a los visitantes que respeten la flora y todos los rincones de este magnífico lugar.

 

Un anfiteatro junto al mar

Una de las joyas de la reserva es la playa de Punta Penna. Se llega allí por un camino escalonado y es una larga lengua de arena en forma de anfiteatro, bordeada por detrás por fascinantes dunas. La playa es libre y gratuita, por lo que es apta para todos, incluso para familias con niños. El Adriático, aquí, está completamente limpio y el fondo marino es arenoso y con pendiente progresiva, ideal para un baño agradable y seguro.

Si tienes suerte, podrás experimentar la emoción de nadar junto a tortugas marinas o ver un delfín a lo lejos en uno de sus espectaculares saltos. Después de tomar el sol, merece la pena que visites el faro. Con sus 70 metros, es el segundo más alto de Italia, después de la Lanterna de Génova. Ármate de paciencia y sube los 307 escalones hasta la cima. El esfuerzo merece la pena: desde allí arriba, la vista abarca kilómetros de costa y, si el día está claro, podrás admirar un inmenso panorama, desde Ortona hasta el Gargano.

 

De playa en playa

Caminando por la playa de Punta Penna, un agradable paseo te conducirá hasta otro lido encantado: la playa de Libertini. La arena fina da paso a los guijarros, pero el fondo marino sigue siendo arenoso, poco profundo y salpicado de piedras pequeñas.

La leyenda dice que el nombre proviene de hechos que se remontan a un siglo atrás. Parece que las monjas del convento cercano solían venir aquí para disfrutar de un momento de sol y aire fresco, descubriendo ligeramente sus piernas y brazos. ¡Un comportamiento libertino, sin duda!

Desde aquí, subiendo las escaleras, llegarás a la cima del espectacular acantilado que protege la playa y luego al promontorio de Punta Aderci, a 26 metros sobre el nivel del mar. Al otro lado del promontorio hay otra encantadora playita. Ahí puedes darte un chapuzón para luego continuar hasta Mottagrossa, donde reina una paz perfecta y un gran silencio.

 

A lo largo de los senderos

Desde la playa de guijarros de Mottagrossa hasta la desembocadura del río Sinello, límite de la reserva, está establecida un área silvestre, con 3 kilómetros de sendero escénico. Puedes desplazarte a pie o en bicicleta de montaña, a través de frescos pinares, verdes valles y amplias extensiones de matorral mediterráneo. Lo mejor es conseguir un mapa de senderos, proporcionado por la administración de la reserva. Hacia la desembocadura del río Sinello, se encuentran los arcos de ladrillo que en su día delimitaban la línea de ferrocarril, y luego comienza el camino que discurre a lo largo del río.

 

Riqueza de fauna y flora

Lirios de mar, euforbia, amapola de las dunas, helichrysum, mirto… son las especies que te harán compañía durante las paradas que hagas junto al mar.

Flamencos, garzas reales, garcetas, martines pescadores, halcones y gavilanes sobrevuelan las dunas de hasta 10 metros de altura. Si eres un aficionado a la ornitología, debes ir equipado con prismáticos para apreciar bien las aves que vuelan por la zona. El chorlitejo patinegro ha sido elegido como símbolo de la reserva, ya que en la costa de Vasto anida en las mismas playas, poniendo sus huevos en la tierra.

Pequeño, gris y blanco, tiene una especie de máscara negra alrededor de los ojos y una pequeña cabeza redonda: lo verás deambular entre las dunas en un espectáculo que despierta ternura y entusiasmo. No le molestes mientras escarba y picotea para alimentarse de los pequeños insectos que le gustan.

 

Los trabocchi

Son estructuras muy especiales, una especie de palafitos sobre pilotes de pesca, típicos del tramo de costa del Adriático Medio entre Ortona y Vasto. Gabriele D'Annunzio, el poeta originario de los Abruzos, los llamó "arañas colosales". Muchos han sido restaurados y salpican el mar. Algunos tienen restaurantes y ofrecen deliciosas cenas de pescado en mesas sobre el agua.

Punta Aderci

Sentiero d'Accesso Punta Aderci, 66054 Vasto CH, Italia

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