Sugerencias del Grand Tour a pocos pasos de las termas de Abano y Montegrotto

El primer día está dedicado a los castillos que se pueden visitar en la zona: el castillo del Catajo en Battaglia Terme y el castillo de San Pelagio en la cercana Due Carrare. Dos edificios muy diferentes entre sí, empezando por sus orígenes. 

De hecho, el Catajo no es un castillo medieval, sino una residencia del siglo XVI que se puede visitar en su totalidad: ¡alberga en su interior más de 300 habitaciones con frescos! Podrás descubrir las historias de las familias nobles entrelazadas durante siglos con la del propio castillo, admirar el paisaje montañoso desde la gran terraza y dar un paseo por el gran parque, donde los altos árboles enmarcan un romántico estanque con nenúfares. Puedes visitar el castillo por tu cuenta, escaneando los códigos QR con tu teléfono móvil y escuchando las audiodescripciones, o bien reservando una visita guiada, en la que se te acompañará a través de los misterios del castillo y sus habitaciones con frescos: en aproximadamente una hora podrás conocer esta maravillosa residencia histórica, satisfaciendo todas tus curiosidades.

A pocos kilómetros de Battaglia, en la localidad de Due Carrare, se encuentra el castillo de San Pelagio, que recomendamos visitar el mismo día. Se trata de un edificio que data, en su parte más antigua, de la época medieval, reformado y ampliado en siglos posteriores. Hoy en día, el castillo alberga el museo del Volo: la visita es un recorrido por la historia del eterno deseo humano de alcanzar el cielo y volar. Desde Leonardo hasta D'Annunzio, pasando por la exploración del espacio, el museo del Volo cuenta cuatrocientos años de historia del vuelo a través de documentos históricos, maquetas y vehículos auténticos. Con su museo y sus jardines, el castillo de San Pelagio es ideal para familias que quieran pasar un día de cultura y relax en un entorno único.

El día siguiente podrás pasarlo al aire libre, disfrutando de unas vistas espectaculares. Llegarás a la cima de la colina más alta de las Euganeas, el monte Venda, y descubrirás la magia de las antiguas construcciones situadas en su cumbre. Por la tarde, un relajante paseo para visitar uno de los monumentos más emblemáticos del territorio de las colinas Euganeas y las termas, ejemplo emblemático de diálogo entre arquitectura y naturaleza.

Desde la cercana localidad de Galzignano Terme, subiendo en coche por Via Cengolina, que conduce a las laderas del monte Venda, te encontrarás en pocos minutos cerca de Casa Marina, sede del centro de educación naturalista y didáctica del parque regional de las colinas Euganeas. Después de aparcar, puedes hacer una breve visita al interior para consultar la biblioteca didáctica del parque, y al exterior, para explorar el pequeño jardín botánico. Desde el aparcamiento, sube a pie por el sendero Lorenzoni (n.º 4 del parque regional de las colinas Euganeas). El sendero atraviesa un bosque de castaños con un bosque bajo de gran riqueza. La ruta es bastante exigente debido a la presencia de una subida empinada, por lo que deberás llevar unas zapatillas adecuadas para el senderismo y contar con un buen entrenamiento. En aproximadamente media hora, siguiendo las indicaciones hacia las ruinas del monasterio de los Olivetani, habrás llegado a la cima, en un lugar lleno de encanto y espiritualidad, gracias a la presencia de los antiguos restos del monasterio. Del imponente complejo de San Giovanni Battista del Venda todavía se pueden ver partes de la iglesia, el campanario y la cripta. Las ruinas, testigos del paso del tiempo, nos dan la bienvenida con su majestuosidad silenciosa: el entorno natural en el que se encuentran y el paisaje que se admira desde arriba son indescriptibles. Basta pensar que aquí, uno de los principales poetas románticos del siglo XIX, Percy Shelley, se inspiró hasta el punto de escribir algunos versos mientras se asomaba a este extraordinario balcón natural. Una vez que llegues aquí, el esfuerzo de la subida se verá recompensado más allá de toda expectativa. 

Desde Galzignano, llegamos a Torreglia en menos de un cuarto de hora en coche, más concretamente a la localidad de Luvigliano, para concluir la jornada de senderismo con una puesta de sol relajante e inspiradora. Aquí, un majestuoso edificio del siglo XVI domina la localidad desde lo alto de una pequeña colina. La villa de los Vescovi (Obispos) es otro ejemplo de la voluntad humana de acercarse a lo divino a través del diálogo continuo con la naturaleza. El altozano en el que se encuentra se llamaba antiguamente Liviano porque se consideraba el lugar elegido por el historiador latino Tito Livio para su residencia de campo. La villa goza de una gran fama y es visitada cada año por turistas de todas las procedencias. Además de sus frescos bucólicos y las formas arquitectónicas que se combinan perfectamente con la naturaleza que la rodea, este edificio del FAI alberga numerosos eventos: aperitivos y cenas en el viñedo, conciertos y degustaciones, pícnics en el parque y un mercado de productos locales. Como conclusión de tu visita, te recomendamos que visites la nueva enoteca Bistrò, en las dependencias de la villa, donde esperarás a la puesta de sol degustando excelentes vinos y otras especialidades de las colinas Euganeas.