Resumen
Era la sede de los talleres San Giorgio, luego convertida en Breda Ferroviaria-Pistoiese; allí se fabricaban vagones de tren y autobuses. Desde hace unos veinte años, en lugar del anterior establecimiento abandonado, se encuentra la principal biblioteca pública de Pistoya, una de las mayores de la Toscana. No faltan salas de lectura y de estudio, una hemeroteca y una cineteca, además de la sala de proyecciones y la ludoteca, pero lo que realmente marca la diferencia son los tramos arquitectónicos diseñados para recordar los de los antiguos talleres y la dotación de obras de arte contemporáneo.
En una pared de la Sala de los Departamentos, en el primer piso, destaca Die Grosse Fracht («La gran carga»), un gigantesco panel de acrílico y plomo fundido realizado por Anselm Kiefer, que representa la navegación implacable y valiente de un submarino cargado de libros. Otras valiosas obras se encuentran en el jardín sur y entre la planta baja y la primera planta. Junto a la biblioteca hay un gran espacio público cubierto para ferias y exposiciones, que conserva la antigua grúa puente y también el apodo del departamento de producción ya en desuso.
En cuanto al ferrocarril, Pistoya también cuenta con un impresionante depósito de locomotoras históricas de vapor, diésel y eléctricas, propiedad de la Fundación FS Italiane. Se encuentra en la cercana Piazza Dante Alighieri, junto a la estación. Durante el verano se prevén visitas guiadas, y desde aquí se organizan viajes en trenes históricos a lo largo de la Porrettana, la antigua y famosa línea que cruza los Apeninos para llegar a Bolonia.
