Los auténticos sabores de la cocina bergamasca en Val Brembana
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Aquí tenéis la combinación perfecta de oportunidades de ocio, aventura, deporte y, sobre todo, deliciosos descubrimientos enogastronómicos: bienvenidos a Val Brembana, no lejos de Bérgamo, un pequeño gran paraíso que os va a sorprender.
Un viaje por esta zona os enamorará, gracias al encanto que tienen los senderos por los que se llega a todos los picos de los Alpes Bergamascos, atrayentes tanto en verano como en invierno.
Unas vacaciones en el Valle Brembana constituyen, de hecho, la oportunidad perfecta para descubrir un lugar rico en naturaleza y no muy trillado por el turismo. Un territorio antiguo, donde la historia se va desvelando al pasar por pueblos vírgenes que aún conservan preciosos testimonios de antiguos oficios, conocimientos perfeccionados a lo largo del tiempo y productos tradicionales capaces de conquistar los paladares más sofisticados.
Encuentro de arte y naturaleza: qué ver en Val Brembana entre pueblos y descubrimientos
Para descubrir el Valle Brembana, podéis comenzar sin duda dando un paseo por las orillas del río Brembo en San Pellegrino, donde quedaréis embelesados con el encanto del estilo Art Nouveau y el ambiente “fané” (desgastado) del Casino y del Gran Hotel, en marcado contraste con el diseño contemporáneo de los ultramodernas balnearios.
Un viaje a Val Brembana es también un viaje hacia el arte y, quizá más, al mito arquetípico que representa una máscara atemporal. De hecho, es aquí, en el boscoso pueblo de Oneta, donde nació la inmortal máscara de Arlequín, el verdadero rey de la “commedia dell'arte”. Aquí mismo podréis visitar la casa-museo de la inconfundible máscara con su vestido a rombos multicolores.
Entre las callejuelas medievales de Cornello del Tasso, uno de los pueblos más bellos de Italia, quizá os sorprenda encontraros frente al Museo de los Impuestos y de la Historia Postal, donde podréis admirar un Penny Black, el primer sello de correos emitido en el mundo. No es una casualidad, de hecho el servicio postal tal y como lo conocemos hoy en día nació aquí mismo.
Uno de los lugares más destacados del valle es la localidad de Zogno, donde podéis visitar las Grotte delle Meraviglie (Grutas de las Maravillas), justo antes de aventuraros por un maravilloso paseo por la bien equipada ruta ciclista Valle Brembana, que comienza en Almè y termina en Piazza Brembana. Siguiendo la antigua vía del tren, pasaréis, preferiblemente en bicicleta, por algunos de los pueblos más notables del valle, como los ya mencionados Oneta y Cornello del Tasso.
Val Brembana para beber: vinos que no hay que perderse
No es casualidad que esta ruta esté destinada a convertirse en un viaje enogastronómico, con la copa en la mano. De hecho, en el territorio de Bérgamo, a partir de 1266 un edicto obligaba a todo aquel que poseyera hasta tres “pérticas” de tierra (unos 2000 m2) a plantar una viña: no es de extrañar que aquí naciera una antigua estirpe de hábiles viticultores.
Visitando la Val Brembana, dos vinos que no hay que perderse por estos lares son el Valcalepio DOC, un tinto elaborado con uvas Merlot y Cabernet Sauvignon; y el Moscato di Scanzo, que ostenta el curioso récord de ser la DOCG más pequeña de Italia. Se trata de un vino tinto de postre que sólo se produce en las colinas del municipio de Scanzorosciate, con uvas vendimiadas tardíamente y secadas durante cuarenta días, tras lo cual el moscatel debe madurar durante al menos dos años en botella.
Estáis en el lugar adecuado para desear "buon appetito": platos típicos bergamascos para degustar
Un buen vino siempre debe ir acompañando, y la cocina bergamasca sabe cómo hacerlo. En las estribaciones de los Alpes, el terreno está repleto de huertos de escarolas, mientras que en las montañas, en los pastos de altura, pastan las vacas durante todo el verano. Viven libremente en los prados, al aire puro de la montaña, comiendo hierba alpina, perfumada por sus flores. Todas esas fragancias acaban en la leche y en el queso.
No es casualidad que la Val Brembana sea la tierra de origen de algunos de los quesos bergamascos con DOP, como el conocido taleggio, que se puede degustar en todas sus formas y formatos en el festival que se le dedica específicamente. Imposible no mencionar al Formai de Mut -'alpeggio', en dialecto bergamasco- , perfecto para degustar en el marco de uno de los numerosos refugios de montaña, quizás junto a una loncha de salami local, como el salame della bergamasca, la salchicha o el cotechino (embutido cocido). Volviendo a los quesos, no os perdáis el Branzi, muy utilizado en la cocina de estos lares, sobre todo en combinación con la polenta taragna (polenta de harina de maíz y trigo).
¿Creéis que eso es todo? Aún no es hora de que os levantéis de la mesa, En Bérgamo hay muchos platos típicos. De hecho, de aquí procede también el Stracchino delle Valli Orobiche, (queso tradicional de los valles), un baluarte de Slow Food cuyo nombre deriva de stracc, que significa "cansado", porque se produce con la leche de vacas fatigadas, durante las pausas de su larga trashumancia. Agrì di Valtorta es también un Baluarte Slow Food, un pequeño queso producido exclusivamente por una cooperativa local a partir de la leche de sólo doce ganaderos locales. El proyecto Arca del Gusto – también apoyado por Slow Food - protege también otros dos quesos producidos en el Valle Brembana: el Strachitunt DOP, de sabor azulado y hoy producido por un solo quesero; y el Fiurì di Valtorta o "flor de ricotta", elaborado con los residuos de la transformación de ese queso.
La cocina bergamasca es contundente y sabrosa, y no podréis decir que la habéis probado sin degustar los casoncelli alla bergamasca -o "casonsei"- , discos de pasta rellena con corazón de carne picada de ternera y cerdo, servidos con mantequilla fundida aromatizada con salvia y tocino: un auténtico plato de escalador.
Si sois de los que sienten la necesidad de tener todas estas delicias gastronómicas en la mesa, una ocasión perfecta es la excursión gastronómica con raquetas de nieve entre los refugios alpinos de los Piani dell'Avaro. Se llama Ciaspolando con gusto (Raquetas con gusto), y os permitirá, apuntándoos a citas mensuales que van de enero a marzo, descubrir y disfrutar de la cocina bergamasca.
Ya sea en la mesa, por los senderos o por las calles de los pueblos, en cada temporada la Val Brembana ofrece sorpresas para quien sabe captarlas y apreciarlas.
Créditos: Regione Lombardia