El río Magra que desemboca en el Tirreno: pura magia
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El cielo y la vegetación perenne se reflejan en el agua con matices que van del azul brillante al verde esmeralda. Allí, el chillido de los cormoranes y de las gaviotas patiamarillas que anidan aquí son los únicos sonidos que rompen el silencio y el aroma que desprende la densa vegetación perenne llena los pulmones.
¿Puedes imaginar un lugar más idóneo para relajarte? Pero es también una propuesta romántica, porque la magia de este lugar salpicado de sauces y álamos, endulzado por el chapoteo de las aguas del río que nace en el Monte Borgogne, en la Toscana, y que, antes de desembocar en el Tirreno, atraviesa toda la Lunigiana, nos transporta al mundo de los cuentos de hadas.
Silencio: habla la naturaleza
El primer consejo es utilizar como punto de referencia el tramo más bonito, que es el situado entre Fiumaretta y Bocca di Magra. ¿Y el segundo? Llegar hasta aquí a pie o en bicicleta, es decir, sin ningún vehículo motorizado que pueda perturbar la tranquilidad absoluta que domina las verdes colinas de alrededor, cubiertas de viñedos y olivares.
De los fastos del pasado a la especulación inmobiliaria
La visita al territorio que rodea la desembocadura del Magra no solo es una experiencia inmersiva en la belleza contemplativa de estos lugares, sino también una inmersión en la historia. El parque arqueológico de Luni nos cuenta la historia de este precioso pueblo del valle de la desembocadura, que fue una importante colonia romana: aquí puedes visitar el foro romano de la antigua ciudad, el gran templo y algunas casas aristocráticas como la Domus de los Mosaicos, cuyo nombre se debe a sus magníficos pavimentos. Dante Alighieri también pasó por este valle invitado por la familia Malaspina.
Durante la posguerra, la desembocadura del río Magra se convirtió en el refugio favorito de muchos hombres de letras como Pavese, Montale y Calvino. Sin embargo, a su importante pasado se une un período más reciente de especulación inmobiliaria, contra la cual, los habitantes del lugar tratan de proteger el valle.
El reino de álamo y de la platanaria
El río Magra atraviesa a lo largo de 62 kilómetros las provincias de Massa Carrara y La Spezia, Pontremoli y Ameglia, formando valiosos humedales, que albergan especies protegidas y endémicas.
A lo largo de sus orillas encontramos sauces, álamos y espino blanco, mientras que, donde el agua fluye más lentamente, abundan las plantas pantanosas de nombres curiosos, como la platanaria y la espadaña.