El castillo Ruspoli, una residencia romántica de historia milenaria
El castillo Ruspoli de Vignanello es una espléndida mansión en el centro del pueblo de Vignanello, un pequeño municipio del Alto Lacio, en provincia de Viterbo. Su jardín histórico se considera de los más bellos de Europa. A una hora y media de Roma, el castillo Ruspoli es el destino ideal para un paseo romántico o una excursión cultural, para descubrir un lugar con una fascinante historia milenaria.
De monasterio benedictino a residencia noble
Al cruzar el umbral, se siente la magia de un lugar que ha acogido a algunas de las familias más poderosas de la Italia moderna, relacionadas con papas, condotieros, embajadores, militares e intelectuales. El primer núcleo del castillo data del 847, cuando era solo una fortaleza defensiva que protegía el pueblo.
En los siglos siguientes, la fortaleza se amplió para convertirse en un convento de monjes benedictinos, que lo habitaron durante varios siglos hasta que, en 1531, el Papa Clemente VII se lo concedió en feudo como fortaleza papal a Beatrice Farnese Baglioni, aunque fue su hija Ortensia Marescotti quien lo transformó en la espléndida residencia noble que admiramos hoy. En 1704, el castillo fue adquirido por la familia Ruspoli, que lo sigue utilizando actualmente como residencia de verano.
Un perfecto jardín renacentista
El diseño del magnífico jardín renacentista se atribuye a Jacopo Barozzi da Vignola, uno de los mayores teóricos de arquitectura del siglo XVI: se realizó en 1611 a instancias de Ottavia Orsini, hija de Pier Francesco (llamado Vicino), que años antes había hecho construir el Parque de los Monstruos de Bomarzo cerca de Vignanello.
La zona delantera del castillo está dividida en 12 partes, bordeadas por cuatro avenidas por las que se puede pasear entre los setos de laurel, boj, mirto y viburno. En el centro, se localiza una gran fuente con juegos de agua. Otros pequeños jardines italianos serpentean por las terrazas que descienden hacia el bosque del valle. El jardín conserva el rigor del diseño inicial, que se renueva cada año con el buen tiempo.
La vista a la planta principal
Además del jardín, se puede visitar parte del interior del castillo de Ruspoli: en la planta baja, se accede a la capilla dedicada a una santa de la familia Marescotti y a la armería. En la primera planta se visitan algunas salas que conservan mobiliario original de los siglos XVII y XVIII, frescos y retratos de familia.
Una parte de la segunda planta está reservada al turismo, quien desee concederse el placer de alojarse en un castillo con encanto dispondrá de un piso con cuatro habitaciones dignas de un papa, con su propia entrada. Periódicamente, el castillo también organiza estancias para grupos que quieren aprovechar su entorno para realizar diversas actividades.
Viterbese, una concentración de jardines históricos
Gran parte de Viterbese es ideal para quien ama las residencias históricas: esta zona puede presumir de tener la mayor concentración de jardines históricos del mundo. Durante el Renacimiento, las familias más nobles competían por construir el jardín más elegante y espectacular. El itinerario puede continuar en Caprarola (Palacio Farnese), Ronciglione (los Torrioni) y en el parque de Bomarzo.
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El castillo de Ruspoli se puede visitar los sábados, domingos y festivos, pero solo con cita previa.