Trail dei Papi Gravel
11 minutos
Promover el conocimiento del territorio del Lacio, de los grandes y pequeños centros urbanos impregnados de historia y cultura, y dar a conocer las excelencias enogastronómicas y la hospitalidad del Lacio. Estos son los objetivos del Trail dei Papi, el evento cicloturístico que discurre a lo largo de unos 600 km con unos 8000 metros de desnivel y que tocará las provincias de Roma, Viterbo y Frosinone, haciendo parada en las principales ciudades relacionadas con el papado.
El recorrido, estructurado en una sola etapa, permite que cada participante planifique las paradas en función de su nivel de entrenamiento. Los participantes podrán conocer grandes y pequeños centros urbanos ricos en historia y cultura, sumergirse en la naturaleza de los parques regionales, patrimonio de la Unesco, y degustar las excelencias enogastronómicas del Lacio, todo ello con especial atención a la inclusión y la ecosostenibilidad.
Una ocasión única para descubrir un Lacio inédito, recorriendo carreteras secundarias y poco transitadas, entre paisajes impresionantes y pueblos encantadores.
Bracciano
Emplazado en las alturas de los montes Sabatinos, en el corazón de la Tuscia romana, Bracciano se apoya en la cresta occidental del antiguo volcán Sabatino, en el que se originó su lago. Concedido como feudo por el papa Martín V a la familia Orsini en 1419, el pueblo experimentó una nueva época de florecimiento. Se reconstruyó el castillo, destruido por las incursiones sarracenas, y se adornó con frescos de Antoniazzo Romano.
A finales del siglo XVI, Paolo Giordano Orsini, investido con el título de duque por el papa Pío IV, mandó construir un acueducto para alimentar las nuevas actividades económicas que había implantado, como las industrias del hierro y del azufre y los talleres de tapices. Bracciano es un pueblo atemporal, inmerso en un territorio antiguo que nos habla de la geología del lugar y de la pericia con la que el hombre ha sabido dominar las fuerzas de la tierra.
Viterbo
Fundada por los etruscos, Viterbo fue una ciudad rica y poderosa. Situada a 326 metros sobre el nivel del mar, presume de ser el centro histórico medieval más grande de Europa.
Entre los siglos XIII y XIV se convirtió en la sede preferida de numerosos papas, ya que, al controlar casi 50 castillos, ofrecía refugio frente a las revueltas y la corrupción de Roma. Llamada con razón la «Ciudad de los papas», cuenta su larga y gloriosa historia en la arquitectura y el arte, así como a través del Museo del Colle del Duomo y el museo municipal.
Viterbo es recordada como la «Ciudad del Cónclave»: a la muerte de Clemente IV, los cardenales reunidos en la ciudad no lograban llegar a un acuerdo para la elección del nuevo pontífice, hasta que el pueblo de Viterbo decidió apurar un poco los tiempos y, cerradas las puertas del palacio de Priori, dejaron a los purpurados clausi cum clave y alimentados con pan y agua hasta que se pusieron de acuerdo para la elección de Gregorio X.
La gran religiosidad local se expresa cada 3 de septiembre con la «macchina di Santa Rosa», una espectacular procesión que ve desfilar por las callejuelas del centro histórico la monumental máquina procesional conocida en todo el mundo.
Sumergiéndonos en las calles del barrio de San Pellegrino, nos adentramos plenamente en la Viterbo medieval, con las huellas de su historia milenaria.
Una gastronomía excepcional, la presencia de las saludables termas y un territorio lleno de naturaleza y pueblos maravillosos son, sin duda, la mejor invitación para visitar este maravilloso rincón del Lacio.
Montefiascone
Importante localidad de la Alta Tuscia de Viterbo, a 592 metros sobre el nivel del mar, se encuentra a unos 5 km al este del lago de Bolsena, rodeada por el típico paisaje de la Tuscia.
Municipio de la provincia de Viterbo situado a mayor altitud, el pueblo está ubicado en la parte suroriental de la caldera de los montes Volsinos y goza de una grandiosa panorámica de buena parte del lago de Bolsena, lo que le ha valido el apelativo de «mirador de la Tuscia».
En el territorio abunda la toba, lo que ha favorecido el desarrollo del cultivo de la vid. La leyenda cuenta que en 1111, cuando Enrique V de Alemania se dirigía a Roma para ser coronado emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, el obispo Johannes Defuk, miembro de su séquito y gran aficionado al vino, ordenó a su siervo Martino que lo precediera en el camino e identificara las tabernas con el mejor vino, señalándolas con la inscripción «Est» (es decir, «Hay», en referencia al buen vino). Y eso hizo.
Acquapendente
Inmerso en las colinas del Alto Lacio, en la frontera con la Toscana, Acquapendente se encuentra en la provincia de Viterbo, a 420 m sobre el nivel del mar.
Atravesado por la antigua vía Cassia y conocido como «la Jerusalén de Europa», el pueblo de Acquapendente debe su nombre a la presencia de numerosas cascadas que desembocan en el río Paglia.
Inmerso en el contexto paisajístico y natural de la Tuscia de Viterbo, el pueblo tiene una increíble vocación turística y, a pesar de ser de modestas dimensiones, es el destino ideal para los amantes de la historia, el relax y el bienestar espiritual.
Bagnoregio
Rodeado por un paisaje mágico, surrealista y fantástico, Civita di Bagnoregio es un pueblo situado en la cima de una colina de toba y al que solo se puede llegar a través de un estrecho puente peatonal desde el que se disfruta de una de las vistas más espectaculares de todo el Lacio.
La constante erosión de las rocas de toba sobre las que se encuentra ha hecho que Civita se gane el apodo de «la ciudad que muere». Los orígenes de la ciudadela, a medio camino entre Orvieto y el lago de Bolsena, se remontan a la época etrusca y, suspendido en el tiempo y en el espacio, Civita di Bagnoregio es sin duda uno de los pueblos medievales italianos más bellos y característicos.
Visitar esta increíble ciudad durante los días de niebla significa vivir una experiencia única, de hecho, la localidad parece literalmente suspendida en el vacío.
Caprarola
Inmersa en la verde «Tuscia de Viterbo», a 493 metros sobre el nivel del mar, Caprarola es una joya algo escondida de la provincia de Viterbo. El territorio, antiguamente ocupado por los etruscos, ofrece uno de los espectáculos naturales más extraordinarios del Lacio: desde los montes Ciminos, sistema montañoso de origen volcánico cubierto de frondosos y densos bosques, hasta el fascinante lago de Vico, testigo de la antiquísima actividad volcánica que caracterizó y marcó estos lugares. Dominada por el imponente palacio Farnesio, Caprarola es un conjunto único de belleza y monumentalidad. Construido en el siglo XVI por orden del cardenal Alejandro Farnesio, el palacio influyó en el profundo renacimiento cultural y artístico de la localidad. A las puertas de Caprarola se extiende la reserva natural del lago de Vico, rodeada de centenarios bosques de robles y hayas.
Nepi
La antigua ciudad de Nepet, nombre etrusco de Nepi, recuerda la preciosa presencia del agua en la zona del Agro Falisco, encajonada entre los montes Sabatinos al sur, los montes Ciminos al norte y el valle del Tíber al este. La ciudad se originó allá por el sigloVIII a. C. como parte integrante del territorio narcense y, posteriormente, etrusco, hasta convertirse en municipium romano. Se convirtió en sede episcopal en el siglo IV y fue objeto de numerosos saqueos durante las invasiones bárbaras. En el siglo VIII, el duque de Nepi bajó hasta Roma con un fuerte ejército y convenció a los prelados reunidos en cónclave para que nombraran papa a su hermano con el nombre de Constantino II. Constituida como municipio libre en 1131, Nepi apoyó al emperador en las luchas contra el papado y, después de varios acontecimientos, se convirtió en una posesión feudal, concedida sucesivamente a los Orsini, los Colonna, los Borgia y los Sforza. En 1499 el papa Alejandro VI (Rodrigo Borgia, o Borja) expulsó de Nepi a los Sforza y la donó a su hija Lucrecia, quien la administraría admirablemente.
Civita Castellana
A medio camino entre Viterbo y la Ciudad Eterna, Civita Castellana es un pueblo encaramado, junto a la vía Flaminia, a 145 metros sobre el nivel del mar. Con una historia de más de tres mil años, el pueblo, que cuenta con un interesante patrimonio arqueológico, artístico y cultural, destaca dentro de un paisaje caracterizado por la abundante presencia de toba roja, generada por las erupciones del volcán Vicano.
La fortaleza, también conocida como Forte Sangallo, fue construida por voluntad del infame papa Alejandro VI Borgia, en los últimos años del siglo XV. En otros tiempos residencia papal y prisión, hoy la fortaleza es sede del Museo Nazionale Archeologico dell'Agro Falisco, el cual alberga antiguos vestigios, verdaderos tesoros encontrados en los alrededores.
Tívoli
Situada en las últimas ramificaciones de los montes Lucretili, a 235 metros sobre el nivel del mar, la ciudad de Tívoli goza del espléndido paisaje natural que tiene a sus espaldas y de las maravillosas vistas de la llanura romana. Caracterizada por un territorio bastante heterogéneo, la localidad serpentea entre el sugerente patrimonio montañoso y el curso del río Aniene, que frena aquí su flujo formando cascadas.
La ubicación estratégica, la presencia del santuario de Ercole Vincitore (Hércules Víctor), uno de los más importantes de la época romana, y las termas de agua sulfurosa, hicieron que, ya durante el Imperio romano, este lugar fuera elegido por la aristocracia romana y por los propios emperadores como lugar de residencia, como demuestran las numerosas villas diseminadas por el territorio y, en particular, la villa de Adriano.
En 1550, el papa Julio II nombró gobernador de la ciudad al cardenal Hipólito II de Este, lo que supuso para Tívoli el comienzo de un renacimiento cultural y artístico sin parangón. El cardenal Hipólito, uno de los cardenales más poderosos de Italia, fue el papa fallido del largo cónclave de 1550, aunque a pesar de no alcanzar la tiara papal, vivió en Tívoli como un gran mecenas. Al llegar a la ciudad, se negó a alojarse en la residencia de los gobernadores, en el ala del convento anexa a la iglesia de Santa Maria Maggiore, y llamó a los mejores artistas que había en circulación en ese momento para, en 1560, comenzar las obras de la grandiosa villa de Este, que se convirtió en la residencia de verano del cardenal.
Subiaco
Situado en una colina rocosa en el alto valle del Aniene, a 408 metros sobre el nivel del mar, Subiaco es una de las localidades más importantes del Lacio por el gran atractivo religioso de sus monasterios, la belleza de sus monumentos y el encanto de la naturaleza a su alrededor. El curso del río Aniene, que fluye a los pies del pueblo, ha condicionado en gran medida su desarrollo histórico y favoreció los primeros asentamientos humanos.
Elegido por san Benito, que residió aquí y fundó numerosos monasterios, Subiaco vivió siglos de gloria bajo la guía, espiritual y temporal, de su abad comendador.
La localidad, enriquecida culturalmente por la presencia de una biblioteca y del scriptorium monástico, ostenta la primacía de la imprenta: probablemente por invitación del cardenal Nicola Cusano, los clérigos Arnold Sweynheym y Conrad Pannartz, tipógrafos de Maguncia, llegaron en 1464 a Subiaco e implantaron la primera imprenta de Italia.
En 1773, el poder espiritual pasó a Giovanni Angelo Braschi, luego elegido papa con el nombre de Pío VI, quien trabajó enormemente en el desarrollo de Subiaco, pues amplió y transformó la fábrica de papel, estableció la biblioteca pública, restauró la fortaleza de los Borgia, mandó construir el seminario e hizo transitable la antigua vía Sublacense. La población de Subiaco, agradecida, le dedicó el Arco Trionfale (arco de Triunfo), inaugurado en 1789.
Pío VI convocó en Subiaco, para la obra de la catedral de Sant'Andrea, a los más grandes artistas que gravitaban en aquella época en torno a la Ciudad Eterna, trayendo al valle del Aniene un soplo de aquel Barroco romano que había traducido, a un lenguaje más italiano, las maneras del rococó de más allá de los Alpes.
Anagni
Situada a 424 metros sobre el nivel del mar, Anagni es una ciudad de la Ciociaria conocida como la «ciudad de los papas» por ser el lugar de nacimiento de cuatro pontífices (Inocencio III, Alejandro IV, Gregorio IX y Bonifacio VIII). En particular, el nombre de Anagni está vinculado a la vida del papa Bonifacio VIII y al episodio conocido como la bofetada de Anagni. Situada en una colina en el valle medio del Sacco, Anagnia era la antigua capital de los hérnicos y, según la leyenda, una de las cinco ciudades del Lacio fundadas por el dios Saturno: las «ciudades saturnianas» (Anagni, Alatri, Arpino, Atina y Ferentino, esta última también llamada Antino).
Colleferro
Pequeña localidad de la provincia de Roma, Colleferro tiene antiguos orígenes que se remontan a la Edad del Bronce y del Hierro. De hecho, el topónimo podría indicar un lugar de extracción y procesamiento del hierro, mientras que el núcleo original probablemente se identifique con la antigua Verrugo, durante mucho tiempo disputada entre romanos y volscos. En el territorio de Colleferro, según los historiadores latinos Apiano y Plutarco, tuvo lugar la batalla decisiva de la guerra civil: en el 82 a. C. las facciones dirigidas por Cayo Mario y Lucio Cornelio Sila se enfrentaron con victoria de este último. Incorporada en el siglo IX d. C. a los Estados Pontificios, la localidad se convirtió en posesión de algunas de las más nobles familias romanas, como los Salviati, los Borghese y, por último, los Doria Pamphili. Durante la Segunda Guerra Mundial, Colleferro sufrió enormes daños y fue reconstruida casi por completo. A unos pasos del pueblo, en la vía Casilina, aún son visibles los restos de las murallas del siglo XIII y las ruinas del castillo de Piombinara, erigido en el siglo XI.
Castel Gandolfo
Pueblo situado en el corazón de los Castelli Romani a 426 metros sobre el nivel del mar, la belleza de Castel Gandolfo ha quedado certificada por el reconocimiento como uno de los pueblos más bellos de Italia. Residencia papal de verano, según algunos historiadores, el emplazamiento de la actual localidad coincidiría con el lugar donde se encontraba la antigua capital de la Liga Latina, la ciudad de Alba Longa (que la tradición dice que fue fundada por el hijo de Eneas, Ascanio), cuya supremacía resultó eclipsada con el ascenso de Roma. Durante el asedio de Veyes, en el año 398 a. C., los romanos realizaron una gran obra de ingeniería hidráulica: un túnel excavado en la roca viva durante un kilómetro y medio, para regular el nivel de las aguas del lago de Albano, visible todavía hoy.
El palacio pontificio mandado construir por el papa Urbano VIII en el siglo XVII, se abrió al público en 2018 por deseo del papa Francisco.
Roma-Ciudad del Vaticano
Se han vertido ríos de tinta para describir toda la belleza de Roma, la «Ciudad Eterna». Por lo tanto, se deja a la imaginación del cicloturista recorrer la historia de la Roma papal.