Rocca Imperiale: el pueblo de los limones IGP
Comenzamos nuestro viaje desde Rocca Imperiale, pueblo medieval y puerta de entrada a Calabria. La localidad se eleva sobre una colina, poblada por una serie de casas y dominada por la fortaleza que dio nombre al pueblo. El Castillo Suevo de Rocca Imperiale es la primera maravilla arquitectónica que vale la pena visitar: construido en 1221, es elegido como set cinematográfico por el director Pupi Avati.
El momento ideal para visitar Rocca Imperiale es agosto, gracias a un festival literario que cada verano enriquece el pueblo con una mayólica en la que se muestra el poema ganador, colocado en las paredes de una casa. Otra riqueza del lugar es el espléndido mar, a solo 4 kilómetros del centro histórico: 7 kilómetros de playa, animados por guijarros y rocas. Por último, el verdadero protagonista, el limón IGP, famoso en todo el mundo y capaz de hacer de vuestra etapa una agradable parada en un reino perfumadísimo.
Roseto Capo Spulico: el castillo con vistas al mar Jónico
Continuando la ruta a lo largo de la costa, después de 20 km de carretera costera, se llega a Roseto Capo Spulico. Colonia de la Magna Grecia y, en aquella época, ciudad satélite de Sibari, deriva su nombre de la antigua y floreciente producción de rosas, cuyos pétalos adornaban las camas de las princesas sibaritas.
Para dejar sin aliento es el Castrum Petrae Roseti, el Castillo Federiciano, rozado por un mar cristalino Bandera Azul y una playa de guijarros blancos. El edificio de piedra, una de las fortificaciones más grandes de Calabria, tiene orígenes normandos y fue reconstruido a instancias de Federico II. De gran sugestión es el Scoglio dell 'Incudine, símbolo de la localidad, peculiar piedra en forma de hongo, que se enfrenta al castillo desde el mar.
Terranova da Sibari: entre hallazgos arqueológicos y perfume de cítricos
El recorrido continúa a lo largo de un litoral de playas doradas, blancos guijarros y aguas de un azul intenso, hasta llegar, después de aproximadamente una hora en coche, a Terranova da Sibari, un área inmersa en la reserva natural de la desembocadura del Crati. El sitio es rico en excavaciones arqueológicas, que dan testimonio de un pasado glorioso, una época en la que Sibari reinaba en Magna Grecia. Es posible visitar los hallazgos en el Parque Arqueológico de Sibari y en el Museo Arqueológico Nacional de Sibaritide.
Espacio también al gusto con el arroz de Sibari, de cualidades organolépticas únicas, utilizado sobre todo en la preparación de sopas, timbales, arancini y dulces. Finalmente, disfrute de una inmersión en los aromas y sabores de las Clementinas de Calabria IGP, cultivadas en la llanura de Sibari, para degustar al natural o en la declinación de sorbetes, jugos y mermeladas.
Rossano: la patria del regaliz
Concluimos nuestro itinerario con una última etapa, que desde Corigliano Calabro llega hasta Rossano.
El primero de los dos pueblos se puede llegar, en aproximadamente mediahora en coche, después de pasar por una serie de lagos artificiales, y da la bienvenida a los visitantes con el Castillo Ducal, una fortaleza perfectamente conservada en el tiempo, a pesar de que data del siglo XI. Visitar el interior de la estructura es una necesidad, por los coloridos frescos de las salas y por las esculturas que alberga. No menos importantes son los edificios religiosos de Corigliano, como la Iglesia de SanAntonio de Padua, del siglo XV, y la Iglesia de San Francesco da Paola, del siglo XVI.
Es hora de hacer los últimos 20 kilómetros para llegar al destino final de nuestro viaje para descubrir las maravillas del Alto Jónico Cosentino: Rossano Calabro, ubicado entre las montañas de Sila y la costa jónica. La localidad es la patria del regaliz, celebrado también en el Museo dedicado a él, que con la variedad “Cordara” ha obtenido la certificación DOP. Pero Rossano custodia también el Codex Purpureus Rossanensis, manuscrito del Nuevo Testamento sobre un pergamino púrpura, verdadero tesoro histórico, artístico y religioso, conservado en el Museo Diocesano de Arte Sacro de la ciudad. Por último, visite las dos construcciones bizantinas de la Iglesia de la Panaghia y la de San Marcos Evangelista, para dar un encantador salto atrás en el tiempo.