Bandera Naranja del Touring Club Italiano
«El pueblo de las estrellas»: así se define San Severino Lucano, por la ausencia de contaminación lumínica, lo que permite admirar mejor el cielo estrellado. La naturaleza virgen es sin duda una de las razones por las que vale la pena visitar el pueblo, que se encuentra en el corazón del Parque Nacional del Pollino.
El municipio es el punto de partida de numerosas rutas que, a pie, a caballo o en bicicleta de montaña, desde la aldea de Mezzana conducen al corazón del macizo de Pollino. El precioso Bosco Magnano, de gran interés natural, también alberga el Parco Aventura del Pollino, apto para todas las edades y muy inclusivo (se puede acceder con silla de ruedas y algunas rutas lúdicas se han diseñado específicamente para las personas con discapacidades). La salvaje garganta del Frido también es excepcional. Por otro lado, no puedes dejar de montar en el tiovivo más lento del mundo: «Rb Ride» es el tiovivo panorámico realizado por el artista contemporáneo Carsten Höller y situado en Timpa della Guardia, a más de mil metros de altura: permite contemplar el impresionante paisaje natural visible desde ese punto del Parque Nacional del Pollino.
Señalamos, además, el santuario de la Virgen del Pollino, uno de los lugares de peregrinación más apreciados por los habitantes de Basilicata y Calabria, sobre una estribación rocosa con unas vistas preciosas; la iglesia matriz de Santa María de los Ángeles, construida alrededor del 1500; y los diversos museos (de la civilización campesina, de la civilización artesana y el Museo Laboratorio de la Fauna Menor del Pollino). La historia del Molino Iannarelli es curiosa y virtuosa: este edificio histórico, de 1745, donde se alojó el famoso capitán Iannarelli de la Guardia Nacional, fue remodelado a principios de los años 2000 por dos jóvenes de la zona que hoy gestionan un negocio hotelero y de restauración que sin duda hay que probar.
Entre los eventos más importantes están el carnaval, con las máscaras locales y el sonido típico del «cupi-cupi», la Fiesta de la Virgen del Pollino en julio en el santuario y en agosto el Pollino Music Festival, un gran reclamo con artistas de fama nacional e internacional. Las tradiciones gastronómicas también se mantienen vivas con una cocina «pobre» y genuina: entre las recetas típicas se encuentran los rascadietti («orecchiette» hechas a mano) y la sopa «mpastata».