Matera, ciudad de los Sassi e iglesias Rupestres Patrimonio Mundial UNESCO
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Matera es una de las ciudades más antiguas aún habitadas del mundo.
Un lugar mágico que conserva, en sus cuevas naturales excavadas en la roca, evidencias de asentamientos humanos desde el Paleolítico. A lo largo de los siglos, lo que se convertiría en el símbolo de la ciudad se modeló en estructuras cada vez más complejas en los dos grandes anfiteatros naturales en los que se desarrolló el núcleo original.
Visitar Matera, situada en una meseta calcárea de Basilicata caracterizada por profundas fisuras, barrancos, rocas y cuevas, genera la sensación de entrar en un pesebre. Casas, iglesias, monasterios y ermitas se construyen en las cuevas naturales de la Murgia, en un paisaje evocador que fue elegido como escenario de películas como "La Pasión de Cristo" de Mel Gibson y "El Evangelio según San Mateo" de Pier Paolo Pasolini. ¿Preparado para perderte entre las maravillas de esta ciudad única?
Historia y curiosidades de Matera
La historia de Matera comienza en la prehistoria, como demuestran las numerosas vasijas de cerámica que se remontan al Neolítico Temprano encontradas en las cuevas.
A los primeros pueblos nómadas que llegaron a la Murgia siguieron otros dedicados a la ganadería ovina que se instalaron en la colina de Civita, fundando el primer núcleo de la ciudad.
Tras la caída del Imperio Romano de Occidente y la reconquista por parte de los emperadores bizantinos, Matera estuvo durante mucho tiempo bajo el control de lombardos y sarracenos hasta el descenso de los normandos a Italia en 1042.
De esta época datan las iglesias rupestres que salpican el territorio de la ciudad, talladas en la roca y decoradas con frescos y elementos escultóricos. Paralelamente al núcleo histórico del siglo XIII, comenzó a desarrollarse la nueva ciudad de Matera, con barrios muy elegantes construidos por los más famosos arquitectos italianos.
Qué ver en Matera: lugares imperdibles
Superado el asombro inicial provocado por este patrimonio único, hay que decidir qué ver en Matera y por dónde empezar a explorar esta "segunda Belén".
Aconsejamos empezar por el núcleo histórico, los llamados Sassi di Matera, dos barrios declarados Patrimonio de la Humanidad UNESCO en 1993.
Descubrir los Sassi significa pasear por la historia de la ciudad, moverse entre las cuevas y los pasajes subterráneos del Sasso Caveoso, donde las antiguas viviendas rupestres han permanecido intactas a lo largo de los siglos, y perderse entre las tiendas del Sasso Barisano, deteniéndose en los miradores para admirar las vistas únicas que puede ofrecer esta ciudad.
Visita la Casa Cueva de Casalnuovo para descubrir cómo se vivía en estas estancias hasta 1958, cuando la población abandonó las cuevas y se trasladó a barrios más modernos.
Al este de la ciudad, en el Parque de la Murgia Materana, visita las iglesias rupestres de Matera, uno de los rasgos más distintivos del asentamiento. Más de 150 lugares de culto construidos entre el Alto Medioevo y el siglo XIX, vinculados a fases históricas, sociales y religiosas concretas de la zona.
Imperdible la Cripta del Pecado Original, una iglesia rupestre de la época longobarda que se caracteriza por un ciclo de frescos que le ha valido el apelativo de "la Capilla Sixtina de los rupestres".
Qué hacer en los alrededores de Matera
Perderse por los callejones y las estrechas calles de Matera en busca de qué hacer es la mejor oportunidad para descubrir las maravillas de la ciudad.
En el Sasso Caveoso, comprenderás mejor las costumbres y tradiciones de los habitantes de los antiguos Rioni Sassi con una visita a la Casa Cueva Histórica de Vico Solitario, un museo con muebles y herramientas auténticas de la época en que fue habitada.
La Piazzetta Pascoli, uno de los miradores más bellos de Matera, un balcón sobre los Sassi en el que detenerse y dejarse encantar por la ciudad y acceder al Museo Nacional en el Palazzo Lanfranchi con su colección de arte medieval y moderno.
Si estás en Matera el día de Pascua, participa al evento más sugestivo de la ciudad, el Vía Crucis que recorre el centro histórico desde la plaza Sedile, recorriendo etapa por etapa las últimas horas de vida de Jesús, desde la Última Cena hasta la Piedra de la Unción, con las estatuas de Jesús Muerto, la Virgen de los Dolores y Jesús Azotado llevadas a hombros por los hermanos de la Cofradía de Jesús Azotado.
Qué comer en Matera: platos típicos para probar
La gastronomía local es muy variada, ligada a la larga historia de la ciudad.
Quienes busquen qué comer en Matera pueden dejarse llevar por el característico pan elaborado con el famoso trigo duro de Basilicata.
El pan es también la base de uno de los platos más emblemáticos, la cialledda que se come caliente con huevo, laurel, ajo y aceitunas o fría con pan humedecido con tomate y ajo.
Los pimientos cruschi, de la zona de Senise, pueden disfrutarse fritos o como condimento para la pasta y la bruschetta.
Si te gusta la carne, pide la Pignata, carne de oveja cocinada durante mucho tiempo en una olla de barro con patatas, tomates y soppressata.
No falta el buen vino que ha ganado la etiqueta DOC Matera, producido en varios municipios de la zona de Matera a partir de uvas Aglianico, Sangiovese, Primitivo, Greco y Malvasia di Basilicata.
3 lugares insólitos para descubrir en Matera
Por su particular conformación, Matera es una ciudad llena de lugares insólitos.
A un paso de la catedral, encántate con la antigua Casa Noha, una estructura de toba con techos abovedados y delicadas tallas y cornisas que conducen a través de la historia de Matera gracias a un innovador proyecto de comunicación comisariado por la FAI.
En el corazón del casco antiguo, bajo la plaza Vittorio Veneto, se encuentra el Palombaro Lungo, una imponente cisterna de recogida de agua construida en varias fases a partir del siglo XVI. Se puede visitar gracias a unas sencillas pasarelas suspendidas sobre el agua y conocer la Matera Sotterranea.
Y si quieres emocionarte con una vista única de la ciudad, el Belvedere di Murgia Timone te espera en el corazón del Parque de la Murgia Materana.
Desde este punto se puede disfrutar, sobre todo al final del día, del efecto pesebre por el que es famosa la ciudad.