Scano Boa, la última frontera del Delta
Viaje en barco a un lugar intemporal que inspiró una novela y una película neorrealista
El diccionario lo dice todo: un scanno es esa barra de arena que forma un río en el límite exterior de su desembocadura; suele aparecer después de una crecida, cuando la fuerte corriente de la crecida arrastra consigo mucho material en suspensión, y puede desaparecer con el primer oleaje, desmontado por las olas, pero a la larga está en el orden de las cosas que se consolide, avanzando la línea de costa. No tarda en formarse un cordón de dunas colonizado por plantas pioneras, que preparan el terreno para plantas más estructuradas, como el tamarisco y los enebros, con todo lo que sigue progresivamente en términos de fauna. En cuanto al Delta del Po, toda su cara exterior está bordeada de bancos de arena, frecuentados en su mayoría por aves marinas y los naturalistas a su paso, pero sólo uno, Scano Boa (sic, en el dialecto local), junto a la desembocadura del Po di Pila, goza de celebridad literaria y cinematográfica.
Por qué es especial
Los bancos de arena del Delta, tan alejados del mundo, están deshabitados, pero hubo un pasado no muy lejano en el que se llegaba a ellos por un motivo de excepcional interés, la pesca del esturión, a sabiendas del instinto que a finales de la primavera los impulsa desde el mar hasta el río para poner sus huevos. El esturión es conocido por la mayoría por su preciado caviar, la conserva de huevos que se hace de él, pero en una época su carne era también el non plus ultra de la cocina del pescado. Baste decir que en la tradición del valle del Po todavía existen recetas elaboradas por los cocineros del Renacimiento: en la región del Véneto, por ejemplo, el esturión en agua hirviendo con alcaparras y pasas. ¡Aquí, entonces, que la captura de un grande - estamos hablando de behemoths de unos pocos quintales! - puede ser la suerte de toda una temporada, o su desgracia si la apuesta acaba mal. Una pesca fronteriza, a menudo practicada por aventureros en feroz competencia entre sí para echar las redes en los pocos pasos favorables.
No hay que perderse
Tras desembarcar en Scano Boa, semioculta entre los tamariscos, se encuentra un "casone" (casa grande) que, según se dice, fue testigo de la epopeya de los pescadores de esturiones: sus paredes y su tejado están derrumbados, siendo la única parte de mampostería la que se prolonga hacia la chimenea alta. Ya el traslado desde Ca' Tiepolo hasta el scanno fue emocionante, primero navegando por el gran río, ahora cerca de su desembocadura, y luego avanzando por los cañaverales que se abren a una secuencia de lagunas costeras. Luego está la playa, en su estado natural, y no podía ser de otra manera, tan lejos del mar, abarrotada de troncos arrastrados por el río y blanqueados por el sol. En el cielo, vuelos de blancas golondrinas de mar, que se abalanzan sobre un pez. Y luego los ostreros, con su librea negra, sus picos del color del coral, damas vigilantes de las dunas barridas por el viento.
Un poco de historia
Viajar con un libro bajo el brazo, así se dice cuando una visita puede beneficiarse de la lectura sobre el lugar. En el caso que nos ocupa, se trata de un libro de 1961 con el lapidario título de Scano Boa. El autor era Gian Antonio Cibotto (1925-2017), uno de los periodistas históricos del Gazzettino di Rovigo, al que le gustaba describirse como un escritor "extinto", es decir, proclamarse un extraño a la sociedad actual e irresistiblemente atraído por el ámbito de la memoria. Tanto es así que en torno a la figura legendaria del pescador de esturiones tejió una historia ambientada en esta pequeña isla al borde de la realidad. El incipit lo dice todo: "Advertencia: es inútil buscar en el mapa los lugares mencionados en este libro.... La precisión geográfica no es más que una ilusión. El Delta del Po, por ejemplo, no existe. Lo mismo se aplica, con mayor razón, a Scano Boa. Lo conozco, he vivido allí".
Curiosidad
Se hizo una película a partir de la novela de Cibotto, Scano Boa - Violencia en el río, que ocupó algunos titulares a principios de la década de 1960. La transposición en blanco y negro de Renato Dall'Ara, cineasta de la época neorrealista, explota un episodio de la actualidad local -en el mismo barco que transporta a un muerto, única forma de llegar al cementerio, una joven da a luz a un bebé- injertándolo en una trama de colores oscuros que recurre a la epopeya del esturión en el lejano Delta. El cine, como sabemos, suele ser aficionado a las historias de frontera, y el caso de Scano Boa ofrece una de extraordinaria intensidad en clave polesina. La escena inicial en el mercado de pescado: un enorme esturión se vende por dos mil liras, una suma fabulosa, y el director se detiene en el casamentero que entrega los billetes en manos del afortunado pescador ante la mirada incrédula de los espectadores...
Información útil. Se puede llegar a Scano Boa en los barcos de las empresas turísticas locales, desde Ca' Tiepolo o desde Pila, aldeas del municipio de Porto Tolle. El viaje se realiza principalmente los fines de semana.
Credit to: Francesco Soletti