Resumen
Como sucede a menudo en las plazas centrales de las ciudades italianas, también en Pistoya el espacio histórico principal es desde tiempos inmemoriales lugar para las jornadas de mercado, donde muchos siglos han visto convivir y en cierto modo contraponerse las sedes de los poderes religioso y ciudadano. La noche es un buen momento para acercarse a la plaza y detenerse a admirar todo lo que se asoma a ella: una estudiada iluminación urbana resalta tanto el conjunto compuesto por la catedral de San Zeno, el baptisterio de San Giovanni in Corte y el Antico Palazzo dei Vescovi, así como el lateral donde se asoma el majestuoso Ayuntamiento.
Al lado del Baptisterio también forma parte del componente laico el Palazzo del Podestà o Palazzo Pretorio, un robusto edificio originario de mediados del siglo XIV que conserva frescos de esa época y una tabla de piedra sobre la que el alcalde administraba justicia. En el siglo XIX, sin embargo, el complejo fue muy remodelado y ampliado: hoy funciona como palacio de justicia.
La casa-torre que se encuentra prácticamente en la esquina de la plaza formaba parte de las murallas originales de la ciudad. Es conocida como Torre di Catilina porque se creía que había sido construida en el lugar de enterramiento del antiguo opositor romano, que huyó a lo que hoy es la Toscana y finalmente murió en la guerra en la zona de Pistoya. La batalla final y su desenlace fueron documentados por el historiador Salustio, pero el resto de la historia es muy incierto.
