Mals

Los austeros campanarios románicos y las torres de piedra dan la bienvenida al viajero a la entrada de Malles Venosta, un entorno alpino con un rico pasado, dominado por las cumbres del macizo de Ortles-Cevedale. La situación geográfica del pueblo, en la confluencia de tres valles laterales que desembocan desde aquí en la cuenca del río Adigio, facilitó el protagonismo de Malles Venosta como parada obligada en la ruta comercial entre Austria, Alemania y el norte de Italia.

En el centro histórico se encuentran algunas residencias del siglo XVI (como la Lichtenegg y la Malsegg), así como los restos de una poderosa torre de planta redonda, que formó parte en el pasado de un castillo más grande. Sin embargo, la protagonista indiscutible de la visita a Malles Venosta es la iglesia de San Benito: parece que, ya en los primeros siglos de la Edad Media, viajeros de toda Europa se detenían a rezar en la iglesia, que conserva unos rarísimos frescos de la época carolingia, que datan de alrededor del siglo IX.