Turín, la ciudad donde nacieron los bocadillos, los aperitivos y los manjares legendarios
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Como verdadera capital del gusto y la cocina, a Turín se debe el arte de recibir. Los bocadillos, los pequeños platos, los aperitivos de bar y los dulces nacieron aquí y luego conquistaron el mundo.
Del Bicerin al helado
Empecemos por el legendario Bicerin, el "biccherino" que vio la luz por primera vez en las calles de la ciudad piamontesa. Esta histórica bebida caliente y sin alcohol deriva directamente de la "bavarèisa" del siglo XVIII, que se servía en vasos redondos e incluía una mezcla de café, chocolate y nata. En 1763, la capital del Piamonte también creó su propia versión, que enloqueció a Camillo Benso, conde de Cavour. En el Bicerin, los ingredientes están en tres capas.
En Turín también nació el helado Pinguino, cubierto de chocolate crujiente por fuera y de nata por dentro.
El helado está montado en un palo, data de 1939 y fue preparado por Gelati Pepino, la histórica heladería de Piazza Carignano.
La receta incluye 70 gramos de helado de crema, con la posibilidad de añadir café, gianduja, menta, avellana y el típico topping.
Aperitivos imprescindibles
En el Café Mulassano de Piazza Castello, hizo su aparición en 1926 el «tramezzino». Al parecer, quien le dio este nombre fue Gabriele D'Annunzio, porque la forma le recordaba a los «tabiques» de su casa. Es la famosa versión italiana del sándwich, con una característica forma de triángulo isósceles de suave pan de molde, relleno de alguna delicia gastronómica.
Aperitivos especiales absolutamente turineses
Turín es la cuna del vermut y del aperitivo. Los romanos apreciaban mucho el «absinthiatum vinum», cuyo ingrediente básico es el ajenjo. A finales del siglo XVIII, Antonio Benedetto Carpano intentó renovar la receta. Combinó hierbas y especias con el vino moscatel de su tienda, que se encontraba frente al Palacio Real. Llevó su invento directamente al rey Víctor Manuel III. El soberano decidió nombrarlo su proveedor oficial.
Pero los inventos no acaban aquí. La empresa Carpano creó el Punt e Mes en 1870. Cuando un corredor de bolsa pidió que el clásico aperitivo a base de vermú se corrigiera con media dosis de quina, el resultado fue un producto con un punto de dulce y medio de amargo.
La ciudad de los inventos para beber
En 1863, el empresario Alessandro Martini, Teófilo Sola, contable, y Luigi Rossi, experto licorista, crearon Martini & Rossi para la producción de vermut, licores y vinos espumosos. Su historia comenzó en Turín, pero la empresa pronto se trasladó a Pessione di Chieri, en la línea de ferrocarril del puerto de Génova. Es posible realizar interesantes visitas guiadas a la Casa Martini, que relatan una historia gloriosa y entretenida.
En Turín también vio la luz la primera máquina de café expreso de bar, el instrumento a vapor patentado y construido en 1884 por Angelo Moriondo, que se hizo famoso durante la gran Exposición General Italiana en el Parque Valentino.