En Turín, en el museo nacional del Cine, una joya dentro de la Mole Antonelliana
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El museo nacional del cine de Turín celebra y narra con detalle el séptimo arte. Se encuentra en el interior de la pintoresca Mole Antonelliana, monumento simbólico de la capital piamontesa, y recorre la historia de la industria cinematográfica desde sus orígenes hasta la actualidad.
La historia del museo nacional del Cine
Se exponen 1 800 000 obras entre películas, fotografías, aparatos, carteles, documentos, grabaciones sonoras, libros y discos. El material se organiza en función de la arqueología cinematográfica, la fotografía y la historia del cine. La exposición es tan completa que puede considerarse una de las más importantes del mundo por la riqueza patrimonial y las diversas actividades que ofrece.
También cabe destacar el montaje, prácticamente interactivo. Se desarrolla en una espiral que se eleva en varios niveles expositivos.
El primer proyecto de construcción del museo se remonta a 1941, gracias a la historiadora y cinéfila piamontesa Maria Adriana Prolo, que trabajó en la idea durante mucho tiempo.
Las primeras contribuciones económicas llegaron con el apoyo de algunos pioneros del sector, como el director de Asti Giovanni Pastrone, que en Turín dirigió Cabiria, y el crítico de cine Francesco Pasinetti.
Así llegaron los primeros recuerdos y documentos históricos temáticos, almacenados en una sala de la Mole Antonelliana, concedida por la ciudad de Turín. La idea de crear un museo surgió hacia 1953, pero el edificio del museo no se inauguró hasta 1958.
Hoy el museo es una organización sin ánimo de lucro, que se convirtió en Fundación en 1992 para promover actividades de estudio, investigación y documentación en materia de cine, fotografía e imagen.
Los secretos escondidos tras la cámara
La visita interactiva que se ofrece en el interior del edificio es especialmente fascinante, ya que consta de varios decorados, proyecciones y efectos de luz. Para completar el cuadro, hay una exposición de fotografías, así como de bocetos y objetos diversos. Una presentación con gran estilo que cuenta los secretos entre bastidores y mucho más.
Si decides visitar las instalaciones aprenderás a reconocer todas las etapas que conducen a la proyección de una película. La historia de cómo se ha desarrollado el cine parte del teatro de sombras a través de las primeras linternas mágicas que han supuesto la prehistoria de este arte. Así, llegamos lentamente a los asombrosos efectos especiales de la actualidad.
Al pensar en la disposición del museo, el escenógrafo suizo François Confino tuvo que tener en cuenta las características del edificio que lo alberga. Por eso pensó en superponer diferentes niveles de lectura, combinando un marco científico riguroso con la necesidad de ser espectacular y atractivo.
Una visita al museo nacional del Cine
Comenzamos por la planta dedicada a la Arqueología del Cine, donde se pueden visitar nada menos que ocho áreas temáticas. Estas permiten conocer de primera mano los espectáculos ópticos y los primeros dispositivos utilizados. El corazón de la instalación permanente es el Aula del Templo, con espacios de exposición dedicados a los grandes géneros de la historia del cine. También hay una sección dedicada a la obra maestra del cine mudo italiano, Cabiria, y otra sobre Turín como ciudad del cine.
Desde aquí pasamos a una rampa helicoidal que se abre hacia la cúpula, un camino en el que a menudo se realizan exposiciones temporales. Desde arriba puedes disfrutar de la vista del aula, que es muy impresionante.
La Máquina del Cine es la sección que profundiza en los diferentes componentes de la industria cinematográfica: desde los estudios de producción hasta el director, desde el guion hasta los actores, pasando por el vestuario, la escenografía y la propia sala cinematográfica.
A continuación, te encontrarás con la Galería de carteles, que recorre la historia del cine, las películas y los autores más importantes.
Un centro de iniciativas culturales con aire internacional
El museo nacional del Cine tiene como misión la investigación vanguardista sobre la conservación de materiales y la historia del cine. Propone un amplio programa de restauraciones, iniciativas editoriales, festivales de cine y encuentros con autores. En el caso de las escuelas, se mira a programas educativos específicos.
Una vista única sobre la ciudad
La visita al museo nacional del Cine de Turín es también una oportunidad única para que puedas ver la ciudad desde una perspectiva realmente inestimable. En el centro de la Mole Antonelliana hay un ascensor panorámico que te llevará a la cima en menos de un minuto, ofreciéndote una vista impresionante.
Dato curioso: en las paredes de la cúpula de la Mole Antonelliana se ha montado una escultura luminosa de Mario Merz titulada El vuelo de los números. Representa el inicio de la serie de Fibonacci, y es una representación del simbolismo en arquitectura y en aritmética.