Resumen
Enmarcado por hayas y castaños, situado en uno de los relieves más pintorescos de la provincia de Biella, el santuario de Graglia ha sido un destino de peregrinación espiritual durante más de cuatro siglos. Si no fuera por su proximidad a la aún más popular Oropa, Graglia estaría quizás entre los destinos más populares para el turismo religioso.
Cuando comenzaron las obras en 1616, las intenciones de los arquitectos, constructores y mecenas de esta obra monumental, dedicada a Nuestra Señora de Loreto, eran realmente ilimitadas. Se pretendía construir, en torno a una iglesia principal, un imponente complejo de recepción, flanqueado por un Sacro Monte compuesto por más de cien capillas. Gran parte del diseño original nunca llegó a completarse, pero el inmenso tamaño de la cúpula del santuario y la sensacional geografía de este lugar merecen sin duda una parada para conocerlo en profundidad. En 1659, la capilla votiva dedicada a Nuestra Señora de Loreto se transformó en el santuario actual. En la década de 1930 se creó el Jardín de la Madonna, caracterizado por la espléndida fuente («burnel») de piedra. La gran iglesia, con planta de cruz griega, mide 42 metros de largo y 32 de ancho y tiene una cúpula octogonal de 38 metros de altura decorada con efectos de perspectiva por Fabrizio Galliari.
A más de 800 metros de altitud, la zona de Graglia también revela un paisaje particularmente virgen: basta decir que una de las mejores aguas minerales de Italia nace precisamente de un manantial local.
