Greccio es uno de los pueblos más bonitos de Italia: aquí tenéis 5 buenas razones para visitarlo
3 minutos
Índice
Su encantadora ubicación, su pasado glorioso y su centro histórico que conserva monumentos inolvidables son algunas de las razones que lo hacen un lugar único.
Un pequeño y precioso lugar de la región del Lacio, en la provincia de Rieti, Greccio es magnífico en cualquier época del año, pero al llegar las fiestas navideñas tiene un encanto especial.
Una visita a Greccio nos depara un espectáculo inigualable, sin que debamos descuidar los placeres del paladar, gracias a la cálida y espléndida cocina de la zona de La Sabina. Aquí os indicamos todas las razones por las que el pueblo de Greccio es imprescindible.
En Greccio se creó el primer belén viviente del mundo
Cuando San Francisco de Asís llegó a Greccio por primera vez en 1209, quedó admirado por la belleza poética del pueblo, un lugar que invita al recogimiento y al contacto íntimo con la naturaleza. Volvió a visitarlo tras su viaje a Palestina y, al encontrar similitudes con Belén, quiso representar la Natividad en una cueva en la que pidió que se construyera un pesebre y se introdujeran un buey y un asno. La leyenda cuenta que durante la santa misa el niño hizo una aparición milagrosa y el santo lo tomó en sus brazos. Era la noche del 24 de diciembre de 1223, una fecha que marcó el nacimiento del primer belén viviente de la historia, dando inicio a una tradición que ha perdurado hasta la actualidad en varios lugares de Italia.
La cita del 24 de diciembre para contemplar el evento del belén de Greccio es realmente evocadora: una representación que se repite hasta el final de las fiestas navideñas en enero. Son 6 escenas vivas dentro de un entorno mágico. Los actores visten ropas de época cosidas a mano provenientes del Teatro dell'Opera de Roma y recitan textos sobre la vida y la predicación del santo.
Para que no os perdáis nada de este animado fresco, en la organización tradicionalista Pro Loco podéis encontrar un mapa con las ubicaciones y fechas del belén viviente. Para los visitantes también se reservan asientos con calefacción en carpas.
Greccio alberga uno de los santuarios más sagrados de Italia
Continuad el viaje tras las huellas de San Francisco visitando el Santuario de Greccio, enclavado en las rocas y rodeado de naturaleza virgen. Seguid los caminos y subid los escalones de piedra para llegar a este lugar sagrado, suspendido sobre el Valle de Rieti.
El núcleo original es la Capilla del Pesebre, donde se representó por primera vez la Navidad, que allí veréis narrada en preciosos frescos del siglo XIV realizados por pintores de la escuela de Giotto. La visita continúa en la iglesia moderna, en el refectorio y el dormitorio donde el Santo descansaba en la roca, y luego en la gruta que en aquel tiempo albergaba los cuerpos de los frailes.
Un paseo por uno de los centros históricos mejor conservados de Italia
Paseando por las calles de Greccio, tendréis la impresión de estar en un belén. Sus orígenes son griegos, de ahí su nombre, pero hoy cuenta con un trazado medieval fascinante y perfectamente conservado: las ruinas del castillo y sus torres, las subidas y bajadas por las callejuelas y unas espléndidas iglesias como la de San Michele Arcangelo.
Durante el periodo navideño, los mercadillos de Navidad os esperan en Greccio. Para seguir sumergiéndoos en la cultura tradicional basta con trasladaros al Museo Internacional del Belén de Greccio, donde disfrutaréis de una experiencia evocadora entre el arte contemporáneo y el panorama circundante. De hecho, desde ahí la vista sobre el valle es en verdad majestuosa.
Un pueblo del Lacio abrazado por una naturaleza exuberante
Greccio se encuentra a 700 metros de altitud, rodeado de bosques y encinares. Podéis caminar por los numerosos senderos que van desde ahí hasta el Valle de Rieti, también conocido como el Valle Santo.
Podéis ir a pie a descubrir los 4 santuarios franciscanos, en una ruta de 90 kilómetros en total, con diferentes niveles de dificultad. El Camino de San Francisco es una peregrinación espiritual o, de forma más secular, una caminata donde reina la quietud dentro de un magnífico escenario de verdor.
Greccio conserva una preciada tradición gastronómica
Si os preguntáis dónde comer en Greccio, podéis elegir entre las tabernas del pueblo para saborear las delicias de la cocina de La Sabina. Las setas y las trufas hacen irresistibles los tallarines hechos a mano, los canelones de carne y los segundos platos a base de caza, salami y “porchetta” (carne mechada de cerdo).
Entre los postres tradicionales se encuentran los postres de nueces, el “panpepato” (pan especiado) y las “ciambelline” (rosquillas) al vino. Son sabores realmente inolvidables.