8 cosas imprescindibles para vivir el nacimiento de Roma como verdaderos romanos
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Se llama el nacimiento de Roma, pero no tiene nada que ver con los belenes de Navidad. Se trata de una antiquísima festividad laica que celebra la fundación de la capital, identificada de manera legendaria con la fecha del 21 de abril.
Las celebraciones son grandiosas, con un apretado programa de citas entre desfiles, recreaciones históricas y eventos especiales. ¿Cómo celebrar el nacimiento de Roma? Aquí tienes 8 cosas imprescindibles para vivir la fiesta como un verdadero romano.
La fundación de Roma, entre la historia y la leyenda
El 21 de abril es una fecha muy significativa para los romanos, porque precisamente a este día, en el año 753 a. C., se remonta a la fundación de la Ciudad Eterna. Por lo tanto, se trata del cumpleaños de Roma.
Según la leyenda narrada por el literato Varrón, Rómulo se convirtió en el primero de los siete reyes de Roma, al fundar la ciudad sobre la colina del Palatino, según los complejos cálculos astrológicos del erudito Lucio Tarucio Firmano.
Existen varios relatos sobre los orígenes de Rómulo, pero el más popular es que era hijo de Rea Silvia y el dios Marte: estos tuvieron dos gemelos, Rómulo y Remo, que fueron abandonados debido a su ilegitimidad en una canasta a orillas del Tíber, encontrados luego por una loba que los crio como si fueran suyos.
La historia se superpone a la leyenda: el 21 de abril coincidía con las fiestas Palilias, día en el que los pastores celebraban el inicio del año con ritos de purificación de los rebaños. Las excavaciones arqueológicas, por otro lado, fechan los primeros asentamientos en el mismo periodo en el que se sitúa la historia: en aquellos tiempos remotos, sobre el Palatino ya había cabañas y el perímetro de una muralla. Narración y realidad se dan la mano, aunque los romanos muestren un tenaz apego al mito, fascinante e inmortal, más que a las evidencias históricas.
Los eventos del nacimiento de Roma
Roma celebra su cumpleaños el 21 de abril. En esta festividad, la ciudad cobra aún más vida y los museos permanecen abiertos. El programa de eventos es muy completo.
Aquí tienes 8 cosas que puedes hacer para vivir el evento al máximo y mezclarte con los romanos en un momento único del año:
- Pasar un día entero en el Circo Máximo, donde se suceden las representaciones y donde se instalará un pueblo que reproduce los campamentos romanos y bereberes.
- Visitar el área didáctica del Circo Máximo, con exposiciones y conferencias temáticas: cocina, religión y muchos más temas de la época de la antigua Roma.
- Observar de cerca una verdadera lucha de gladiadores en el Circo Máximo.
- Asistir al imponente desfile del domingo que va desde el Circo Máximo hasta Piazza Venezia, atravesando el Coliseo y los Foros Romanos.
- Admirar el haz de luz que invade el Panteón. De hecho, a las 12:00 en punto de cada 21 de abril se vuelve a cumplir una auténtica cita imprescindible con la magia. Por el óculo de la cúpula, únicamente ese día, un haz de luz penetra en el interior siguiendo una geometría perfecta e iluminando la puerta de bronce de la entrada: el efecto es espectacular. El «milagro» es una obra especialmente diseñada por Agripa, por voluntad de Augusto. El emperador, al hacer su entrada en el día del cumpleaños de su ciudad, quería quedar envuelto por el haz y así brillar con luz propia.
- Explorar las callejuelas del Trastévere que, sobre todo esos días, tienen un aroma especial. En Roma siempre se come muy bien y la oferta culinaria tradicional es única, especialmente con motivo del cumpleaños de la ciudad. Siéntate a la mesa en una trattoría y disfruta de los platos típicos, desde la «amatriciana» a la carbonara hasta el «cacio e pepe», desde los ñoquis a la romana a los «saltimbocca». Y como en todos los cumpleaños que se precien, no faltan los dulces. Elige el «maritozzo» con nata o el helado, debes probar el de sabor a requesón y cerezas amargas de los «castelli romani».
- Pasear por el Tíber. El río está fuertemente ligado a la historia de Roma y su fundación. Cada 21 de abril, los romanos pasean por sus orillas: imítalos, caminando por los puntos más sugerentes, y déjate llevar hasta la isla Tiberina. Hazlo en las horas doradas del atardecer y disfruta de un aperitivo en una barcaza dejándote mecer por sus aguas. El clima es templado, los días son largos y la primavera romana es dulce.