Cori es un pequeño pueblo montañoso de la provincia de Latina situado en las laderas de los montes Lepinos. Este territorio, habitado ya en la época arcaica por los pueblos latinos, fue conquistado pronto por los romanos, que dejaron aquí valiosos testimonios de su paso.
Una parada en el santuario de la Madonna del Carmine (Virgen del Carmen), uno de los puntos más altos de la localidad, nos permite disfrutar de una estupenda panorámica de la misma. El antiguo y característico centro histórico de Cori se puede dividir en dos partes: Cori Monte y Cori Valle, cada una con su encanto particular.
Cori Monte nos recibe con el imponente campanario de la iglesia de Santi Pietro e Paolo. La localidad, típicamente medieval, se extiende entre callejones y palacios. Es famosa la fuente de Piazza Monte Pio, donde se dice que Federico Barbarroja se bañó después del saqueo de la localidad. No muy lejos se encuentra la antigua estructura del templo de Hércules, que, por su ubicación, ofrece, sobre todo al atardecer, unas vistas impresionantes de la llanura pontina.
Continuando con nuestro paseo por las callejuelas y el centro histórico de Cori, nos sorprenden las «murallas ciclópeas» o de «obra poligonal» presentes en varios puntos del pueblo, desde la iglesia de Santa Oliva, con su capilla del Santo Crocefisso (Santo Crucifijo) diseñada según el modelo de la capilla Sixtina de Roma, y el majestuoso oratorio de Santa Annunziata, con sus estupendos frescos medievales.
Entre las estrechas calles de Cori Valle, sin duda merece la pena una parada el templo de Cástor y Pólux, o templo de los Dioscuros, que data de la primera década del siglo I a. C. De él se conservan solo las dos columnas corintias centrales de las seis originales que decoraban el pronaos del templo. Antaño, en el interior de la nave central, había estatuas de los Dioscuros, que, según las reconstrucciones, debían de tener unas dimensiones imponentes: Cástor y Pólux aparecían armados y sujetaban por la brida caballos de 1,70 metros de altura. Los fragmentos arquitectónicos y escultóricos de esta zona se conservan y exponen hoy en el Museo della Città e del Territorio di Cori, donde puede admirarse una maqueta del templo a escala 1:75.
No podemos irnos de Cori sin probar las especialidades gastronómicas (como su pan, las «pizzette coresi» con tomate o, para los más golosos, los sabrosos postres típicos), tal vez acompañadas de los excelentes vinos Cori DOC.