Comacchio
El viaje por el sentido del gusto y el arte sólo puede comenzar en Comacchio, a menudo conocido como "la Venecia en miniatura" porque se encuentra situado sobre una encantadora laguna. Comenzaremos en el famoso y singular Trepponti, símbolo de la ciudad, y luego visitaremos el centro histórico, lleno de encanto en cada rincón. A lo largo del camino, numerosos canales, muchos de ellos coronados por pequeños puentes, conectan los distintos puntos de la ciudad. Testigo de la actividad marinera es la Antica Pescheria, un edificio histórico del siglo XVII, hoy sede del mercado: merece la pena visitarlo, tanto por su belleza arquitectónica como por el pescado tan fresco que venden. El paseo continúa por las fachadas de color pastel de sus preciosas casas adosadas, cuyos tonos se reflejan en el agua: una maravilla de reflejos de la luz que merece una pausa y una foto. Hablando de agua, ¿quieres visitar la "pequeña Venecia" sin coger un barco? Solo tienes que coger una batana tradicional, una embarcación de quilla plana, que hace de transporte gratuito. Otra visita ineludible es el Parque del Delta del Po, nombrado patrimonio de la UNESCO por su paisaje intacto. Después de que te deleites los ojos, has de hacer lo mismo con el paladar. La reina indiscutible de la cocina de Comacchio es la anguila, que debido a su versatilidad se prepara de diversas maneras, desde en caldo hasta marinada, desde a la parrilla hasta en risotto. Desafiando al plato típico están los mariscos, los mejillones y las almejas especialmente, pero también las navajas, cocinados en salsa de tomate, salteados en salsa blanca con ajo y perejil o gratinados.
Cervia
Cervia y la sal, a esta unión se le ha dedicado un museo especial, el MUSA (el Museo de la Sal, para ser exactos), donde podrás conocer la historia y la producción del preciado "oro blanco". Siguiendo con el tema, tampoco debes perderte el espléndido entorno natural de la Antigua Salina Camillone, la última de las 144 salinas artesanales gemelas que permanecieron activas hasta 1959. Aquí, el sol que se refleja sobre las largas extensiones de sal blanca es un espectáculo de brillos, aún más impresionante cuando lo ves al atardecer, cuando los tonos se vuelven rosados. Pasando a la mesa, y siguiendo con el tema de la sal: ¿conoces la sal dulce de Cervia, que se convirtió en Baluarte Slow Food en 2004? Si no es así, esta es tu oportunidad de probarla, en caso contrario probablemente ya habrás aprovechado la oportunidad para abastecerte. De hecho, la sal de Cervia es el ingrediente secreto de muchas delicias culinarias: chocolate, quesos frescos, pescado del Adriático. ¿Algunos ejemplos? Filetes de sardinas a la sal de Cervia, salmonete al horno y sardinas empanadas.
Cesenatico
El último destino es Cesenatico, con su artístico Puerto Canale, fruto del genio de Leonardo da Vinci, alrededor del cual serpentea el casco antiguo. Un paseo por los muelles te llevará a la plaza Fiorentini, donde destaca la majestuosa lonja de pescado estilo Art Nouveau, un edificio del siglo XIX detrás del que se encuentran dos pequeñas plazas: la primera es la plaza delle Erbe, la segunda la plaza delle Conserve. Continuando el paseo por Puerto Canale, tras todas las paradas románticas junto al mar que querrás hacer, te encontrarás con las embarcaciones del Museo Galleggiante della Marineria (Museo marítimo flotante), único en Italia y uno de los pocos en el mundo que exhibe una sección flotante de once barcos en el agua: tres de ellos aún están operativos, conservando y transmitiendo de ese modo las antiguas técnicas de navegación, patrimonio inmaterial. Todos los días de verano izan las velas y sus brillantes colores llenan nuestros ojos de asombro.
El itinerario por las tres ciudades costeras de Romaña termina en la cocina. En Cesenatico puedes comer una excelente piadina (plato con pan plano típico), aún mejor si la disfrutas junto al mar, quizás en la playa. Si te sientas a la mesa, entre los platos imprescindibles están los frescos crescioni (berros silvestres) y los aromáticos passatelli (sopa de pasta). No menos importante es que pruebes un buen trozo de bustrengo, un pastel casero hecho con harina y frutos secos, especialmente almendras, nueces e higos, preparado también con una lista casi interminable de ingredientes: 32 para ser exactos. Conocer todos es imposible, sólo 20 han sido revelados: los otros 12 son secretos.