Savigno

Savigno es un pueblo medieval situado en el camino que sube al valle del Samoggia, a unos treinta kilómetros de Bolonia (algunos más si recorres las carreteras que atraviesan las colinas). Estamos en la frontera entre Bolonia y Módena, en el centro de un verdadero paraíso enogastronómico, atravesado por una de las rutas del sabor más tentadoras. Es la patria de los «tortellini», las «tagliatelle» y las lasañas; la zona de producción del «prosciutto», el «zampone», el «cotechino» y la mortadela, a los que hay que añadir el «parmigiano reggiano» y el vinagre balsámico, el Lambrusco y el Pignoletto. Dejamos para el final la mención a la trufa blanca, que tiene su mejor yacimiento emiliano en este valle y en Savigno su pequeña capital. Basta mencionar una de las especialidades locales, el «nido di rondine al tartufo», un entramado de tallarines fusionados con mantequilla de trufa y colocados sobre un lecho de queso parmesano para la guarnición final, con escamas del preciado tesoro blanco. La cita más esperada por los apasionados de la preciosa «trifola» llega en noviembre, cuando durante tres domingos se repite el festival de la preciada trufa blanca, que prolonga después su temporada en los menús de los restauradores del valle.