El Quadrilatero del gusto de Bolonia
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Que Emilia Romagna es una región donde se come bien, es un hecho de sobras conocido. Pero ¿sabías que en Bolonia existe incluso un quadrilatero del gusto? Pues sí. La ciudad, famosa por sus soportales, plazas medievales, la Torre de los Asinelli y mucho más, también se distingue por su gastronomía en el cruce entre 4 calles. Descubramos juntos cuáles son.
L’Osteria del Sole
El Quadrilatero del Gusto está ubicado en el centro histórico de Bolonia, donde se concentran numerosos comercios, especializados en la elaboración de platos típicos de la gastronomía emiliana y boloñesa. Un perímetro bien definido, trazado por la intersección entre 4 calles: via Rizzoli, via dell’Archiginnasio, via Farini y via Castiglione.
En esta zona numerosas callejuelas convergen y confluyen, pero merece la pena detenerse en la dei Ranocchi, para toparse con la taberna boloñesa más antigua: la Osteria del Sole. La originalidad del lugar se hace evidente de manera inmediata por la práctica de servir solo vino y bebidas. Sí, como lo oyes: si se quiere picar algo, cada uno debe llevar el plato que desee comer. Una idea de comida o cena muy poco convencional, pero excelente para disfrutar de una velada en la mejor compañía. Pero no te preocupes, no te quedarás con hambre: tendrás un sinfín de oportunidades más de satisfacer el paladar.
El Mercato rionale del Mezzo
En una de las arterias principales del Quadrilatero del Gusto, en via Clavature, llegamos a un destino en el que vale la pena parar a recuperar fuerzas: el Mercato del Mezzo, una de las entidades más antiguas y representativas de la cultura culinaria boloñesa. El mercado ofrece la posibilidad de comprar comida para llevar o comérsela en las pequeñas mesas a disposición del público. Disfruta de perderte entre los coloridos puestos de frutas y verduras frescas y entre sus sabores genuinos y tradicionales.
Los pintorescos escaparates de via Capraie y via Drapperie atraerán, cual canto de sirena, a los turistas de la gastronomía, con sus quesos típicos y embutidos (¿cómo resistirse al aroma de la mortadela?), la pasta fresca al huevo (rellena o no), los productos de charcutería y los dulces. Entre estos dulces encontramos la Pinza Boloñesa rellena de mostarda, ¡una deliciosa mermelada de pera y membrillo!
Otra parada obligada son las históricas panaderías, que no se limitan a la elaboración de pan y dulces, sino que también elaboran artesanalmente el tradicional Certosino, panspeziale con almendras, piñones, chocolate negro y frutas confitadas, y la “torta degli addobbi”, una tarta de arroz típica.
Curiosear entre las tiendas de comestibles y los bares de vinos se convierte casi en una obligación, dada la gran selección de vinos y licores, chocolates y dulces, aderezos y salsas.
Entre tigelle y embutidos
Imposible abandonar el Quadrilatero del Gusto sin pasar antes por via Pescherie Vecchie para disfrutar de un aperitivo a base de tigelle y embutidos variados.
Hospitalidad, sabor, autenticidad. En definitiva, un lugar que ofrece algo para todos los gustos.