Qué ver en Nápoles en 2 días
4 minutos
Una ciudad viva y multicolor, rica en sabores, con una historia milenaria de alternancia de reinos y dominaciones, capaz de mostrar su verdadera esencia incluso en solo dos días.
El aroma del mar, la comida y la creatividad entre las calles y callejones de la magnífica ciudad de Nápoles, para entrar en contacto con la verdadera esencia de la ciudad asomada a su bahía, con las maravillas artísticas que este tejido urbano único en el mundo acoge, en una visita de solo dos días.
Antes de comenzar nuestra excursión te recomendamos el Naples Pass, la tarjeta turística que permite el acceso a las atracciones de la ciudad con un gran ahorro de dinero y de tiempo, y sobre todo con la ventaja de visitar saltando la cola. Salida a primera hora de la mañana desde la Plaza del Plebiscito, punto de encrucijada entre el casco antiguo y la zona abierta del puerto deportivo. Ubicada en el centro de un amplio hemiciclo sustentado por columnas la Basílica de San Francisco de Paula, templo neoclásico de planta circular merece una visita por su magnífico interior.
En el lado opuesto de la plaza, el majestuoso Palacio Real se extiende hacia el mar, unido a otra joya de la arquitectura borbónica: el Teatro San Carlo, la meca operística más antigua de Europa. Una visita imprescindible es la Vía Toledo, calle principal de las tiendas que serpentea por la ciudad, salpicada de boutiques de grandes firmas de la moda y tiendas de todo tipo.
Aquí encontrarás muchas ideas para disfrutar de la comida. La pizza es la reina de la cocina napolitana, además de ser un símbolo en el mundo, pero la oferta gastronómica napolitana es mucho más amplia, gracias a la maestría de los guisos a base de pescado, y a "delicias" de la gastronomía local como la frittata di maccheroni, el ragù, la pastiera, el babà y su alteza la sfogliatella (masa quebrada o rizada). Y no se te olvide tomarte un café, que aquí es todo un ritual que se celebra en los cafés históricos del centro.
Después de almorzar, puedes volver al centro con el metro, otra característica única de Nápoles, con estaciones que son -o acogen- obras de arte. Entra en la estación de Toledo y, tras los habituales selfies y anécdotas, dirígete a la estación Dante; aquí, una vez de vuelta a la superficie, sigue las indicaciones hacia la via dei Tribunali (conocida como "Spaccanapoli" que da el nombre a todo el barrio, que discurre en línea recta cortando por la mitad la ciudad). Una vez alcanzado el Monumento a San Gaetano, en la pequeña plaza del mismo nombre que interrumpe la calle, has llegado a la entrada de la Nápoles Subterránea.
Aquí podrás emprender un viaje a lo largo de 2.400 años de historia, desde la época de la Nápoles griega hasta los tiempos modernos, en un laberinto de túneles, galerías y cisternas a 40 metros bajo tierra. A última hora de la tarde puedes aventurarte por la pintoresca calle de San Gregorio Armeno, donde se representa el Belén durante todo el año. Por último, puedes cenar en las inmediaciones o desplazarte hacia el Castillo del Huevo (Castel dell’Ovo) donde podrás disfrutar de una riquísima pizza, o ampliar tu conocimiento de la gastronomía partenopea en uno de los muchos restaurantes junto al mar.
El segundo día, puedes empezar con un desayuno en la zona del Duomo y visitar la Catedral Metropolitana de Santa María de la Asunción (este es el nombre del “Duomo” de Nápoles) resultado de una sucesión de estilos arquitectónicos como el gótico puro del siglo XIV y el neogótico del siglo XIX. Entre sus joyas más preciadas, aquí se guarda la ampolla que contiene la reliquia de la sangre de San Jenaro, patrón de la ciudad, y donde los napolitanos celebran el rito de la licuefacción del Santo tres veces al año.
No muy lejos de aquí, no te pierdas la visita al Museo Capilla Sansevero, que alberga en su interior el Cristo Velado, obra maestra y una de las esculturas más emocionantes del mundo. Representa el cuerpo sin vida de Jesús envuelto en un sudario que impresiona por las transparencias y que en realidad forma parte del bloque único de mármol.
Para el almuerzo descubre las propuestas de comida callejera, desde la pizza a portafoglio hasta la pizza frita, pasando por el legendario "cuoppo", literalmente, cono de papel paja relleno de pequeñas y sabrosas frituras de mar, tierra o postre. Por la tarde, visita al Castillo Nuevo conocido también como “Maschio Angioino”, otro símbolo de Nápoles en el mundo, histórico castillo medieval y renacentista con vistas a la Piazza del Ayuntamiento (Piazza del Municipio). A continuación, disfruta de un paseo por la Nápoles más emblemática, en los cercanos Quartieri Spagnoli o barrio de los españoles, donde se alternan boutiques y tiendas de artesanía, mercados de pescado y hortalizas y donde las sábanas colgadas ondean al viento desde los balcones. En estos callejones también encontrarás el famoso
El día termina con un viaje hacia arriba: un paseo en el funicular de Toledo a Vomero, un barrio residencial en las alturas de Nápoles. Una magnífica cena con vistas a la bahía es el colofón perfecto para esta escapada de dos días cargada de emociones.