Monopoli
En el pasado fue un puente entre Occidente y Oriente, gracias a su posición estratégica a orillas del Adriático. Cretenses, bizantinos, normandos, españoles y venecianos se disputaron su control. Resultan muy sugerentes sus callejuelas blancas y el pintoresco puerto, que enmarca el centro histórico y está dotado de las inevitables fortalezas defensivas, entre las que destaca el macizo castillo del promontorio de punta Penna. La catedral, construida en la Edad Media y reconstruida en el siglo XVIII, es uno de los ejemplos más admirables del Barroco en las tierras de Bari.
Al oeste de Monopoli se abren más de 3600 hectáreas cubiertas por 184 000 olivos y, aquí y allá, iglesias rurales y rupestres, masías y caseríos. Son las masías las que representan una de las peculiaridades más típicas del paisaje rural de Monopoli, testigos de la relación secular entre los hombres, el trabajo agrícola y la producción. Entre las más representativas se encuentran la masía Caramanna, de origen longobardo, Spina Grande, de finales del siglo XV pero completamente reconstruida en 1762, Spina Piccola, de finales del siglo XV, Conchia, de finales del siglo XVIII, la masía Petrarolo, con una iglesia construida en 1698, y la masía Cavallerizza.
Fasano
A los pies de la Murgia suroriental y a poca distancia del mar, Fasano tiene un bonito centro histórico formado por callejuelas a las que se asoman casas encaladas. No te pierdas la iglesia matriz del siglo XVII, dedicada a san Juan, patrón de la orden de los caballeros hospitalarios, el palacio de los caballeros de Malta y el parque rupestre de Lama d'Antico.
Alrededor de la localidad, extensiones de olivos se alternan con diferentes construcciones en piedra seca, como muros, puentes y canales, salpicadas de masías, «trulli» y «casedde».
En comparación con las áreas cultivadas con olivos de Monopoli, Ostuni y Carovigno, la de Fasano está más fragmentada, por lo que las zonas de interés se dividen entre la de Monti di Fasano, en el lado sur y suroeste de la localidad, y la de Marina di Fasano. En la primera se mezclan más de 83 000 olivos, incluidos los más majestuosos de la llanura, con los primeros «trulli» del valle de Itria y las blancas masías. La segunda cuenta con 90 000 olivos en una disposición más dispersa, y está repleta de elementos históricos importantes, como el paso de la vía Trajana, el parque rupestre de Lama d'Antico, el templo de Seppannibile, la cripta de San Procopio y el parque arqueológico de Egnazia. Un paisaje formado por amplias vistas en perspectiva y una densa red viaria histórica, con núcleos históricos encaramados en torno a masías fortificadas, como las masías de Torre Coccaro, Brigantino, Sant'Angelo de Graecis y Maccarone.
En la masía Mozzone, en Montalbano di Fasano, se puede admirar el olivo «de las tres hermanas», cuyo nombre se debe a la forma de este majestuoso árbol, constituido por un tocón que mide en la base 16,70 metros de circunferencia y tres troncos que crecen de forma casi independiente, pero unidos indisolublemente a su base. El olivo se encuentra al pie de una pequeña colina donde las excavaciones arqueológicas sacaron a la luz un pueblo fortificado de la Edad del Bronce.
Ostuni
Recibe los apelativos de ciudad blanca y reina de los olivos. El primero por las casas encaladas que dominan las sinuosas calles del centro histórico medieval. El segundo por las extensiones de olivos plateados que abarcan hasta donde alcanza la vista. En el núcleo central, llamado La Terra, destaca la catedral de finales del siglo XV, con una hermosa fachada tripartita con pilastras y formas góticas. La costa hacia Bríndisi sorprende por sus largas playas de arena y su mar transparente.
La llanura con olivares que se extiende alrededor de la ciudad alberga el mayor número de olivos monumentales. 6650 hectáreas y más de 332 000 olivos.
Un verdadero bosque salpicado de masías, «casedde» y «trulli» situados junto a una densa red de caminos rurales. Además de un centenar de almazaras subterráneas.
Entre los olivos de Ostuni no te puedes perder la majestuosidad y las formas extraordinarias del Grande Vecchio, en la masía Brancati, ni el Imperatore, custodiado en los terrenos privados de la familia Martucci.
Carovigno
Heredera de la Karpene mesapia y de la romana Carbina (es decir, frugífera, gracias a la fertilidad de sus tierras), estaba protegida por tres murallas concéntricas que rodeaban la colina, aunque hoy solo la asedia la vegetación exuberante de su campiña. El castillo Dentice di Frasso constituye el monumento más interesante del centro histórico. Parece que se remonta a la época normanda, aunque el aspecto actual es el resultado de las transformaciones y ampliaciones realizadas hasta el siglo XX. En el siglo XIV se construyó la iglesia matriz, a la que se añadió en el siglo XVI el rosetón de piedra local y en el XIX adquirió su aspecto actual. Para buscar los olivos milenarios de la zona de Carovigno hay que desplazarse al noreste de la localidad, a la parte del territorio que limita con la zona húmeda costera que desde Pantanagianni llega hasta la reserva natural de Torre Guaceto. En total se cuentan 75 000 olivos, de los cuales más de 16 000 están censados como monumentales.