Cosas que hacer en Verona

Verona está llena de bares y pastelerías, desde los famosos cafés históricos hasta los locales que siguen las tendencias más innovadoras en el ámbito de la «bakery & pastry». La mañana en la ciudad es un momento ideal para homenajear al paladar, y darte un capricho con los dulces tradicionales (italianos y veroneses). Si llegas el fin de semana, debes saber que en Verona también encontrarás muchas opciones para disfrutar de un delicioso brunch.

Piazza San Zeno, con su majestuosa basílica medieval; Piazza delle Erbe (la más antigua y querida de la ciudad), enmarcada por los palacios de las históricas familias veronesas; Piazza dei Signori, dominada por la estatua de Dante y situada junto al complejo funerario de las Arche Scaligere (uno de los máximos ejemplos de arte gótico europeo) y, por supuesto, la inmensa Piazza Brà (de «braida», que a su vez deriva del término longobardo breit, «largo»), cuna de la Arena: cada una de ellas custodia una parte única de Verona. No te limites a cruzarlas rápidamente, explora y disfruta de toda la belleza.

Una parada que, si vienes a Verona con tu pareja, se convierte en casi obligatoria, es la famosa casa de Julieta. La residencia data del siglo XIII (era propiedad de la familia Cappello) y fue restaurada a principios del siglo XX. Para llegar al patio interior, dominado por el famoso balcón, hay que atravesar un vestíbulo cuyas paredes están completamente cubiertas de tarjetas y firmas de enamorados de todo el mundo.

El río Adigio, que atraviesa Verona, puede seguirse durante amplios tramos caminando a su lado, a la sombra de los árboles, a lo largo del paseo del Lungadige o las regaste, es decir, las barreras de piedra construidas en el pasado con el fin de proteger la ciudad del agua y que hoy permiten admirar la orilla opuesta desde una perspectiva privilegiada.

Los puentes que dominan el Adigio de Verona son muchos, pero los más bonitos siguen siendo, sin duda, el Ponte Scaligero (también conocido como Ponte di Castelvecchio, que parte de la Torre del Mastio, del castillo del mismo nombre, para lanzarse sobre el río en un magnífico ejemplo de ingeniería del siglo XIV) y el Ponte Pietra, el único que queda de la época romana. Los dos puentes son exclusivamente peatonales, por lo que, una vez iniciado el paseo, tu única preocupación será encontrar el rincón más atractivo para hacerte una foto de recuerdo. Y verás que tendrás que parar para realizar más de una docena de fotos antes de llegar al otro lado.

¿Quieres descubrir uno de los puntos panorámicos más bonitos de Verona? Desde Ponte Pietra, cruza la calle y, a tu derecha, descubrirás una estrecha escalera que sube entre las casas. Si la idea de subir 267 escalones no te asusta, te verás recompensado no solo con un recorrido que te permitirá sumergirte en una dimensión semioculta de Verona, entre casas antiguas y plantas trepadoras, sino también por disfrutar de unas vistas espectaculares: las del Castel San Pietro, cuya construcción domina la colina del mismo nombre (bajo la cual se encuentra el Teatro Romano) y toda la ciudad. Quienes no pueden subir a pie pueden llegar al Castel San Pietro en coche siguiendo las indicaciones.

Verona es la ciudad que acoge Vinitaly, la feria más importante del mundo en lo que respecta al vino y la enología. Así que si a ti también te gusta disfrutar de una buena copa y te interesa saber más sobre el tema, ¿por qué no reservas una visita con degustación a una bodega? El abanico de propuestas disponibles es amplio y también es posible realizar auténticos minirrecorridos enogastronómicos. Y si no tienes un coche a tu disposición, no te preocupes: existen soluciones especiales organizadas, en autobús o a pie.

Una de las calles más características del centro histórico de Verona, Via Sottoriva permite encontrar las antiguas tabernas de la ciudad. Para quienes se mueven a pie, representa además una conexión estratégica entre el puente Nuovo y la basílica de Santa Anastasia.

¿Quieres hacer algunas compras? Imposible equivocarse: desde Piazza Bra (justo al lado de la Arena) parte Via Mazzini, la arteria veronesa de las compras, atravesada a su vez por calles más pequeñas que conducen a otras tiendas. Al llegar al final, puedes girar a la derecha y continuar por Via Cappello (donde se encuentra la casa de Julieta) o girar a la izquierda, cruzar Piazza delle Erbe y volver a subir a Piazza Bra por Corso Porta Borsari. Al final de esta última calle, podrás cruzar la majestuosa puerta romana, que data del primer siglo después de Cristo.

Además de ser la entrada al centro histórico de Verona, Piazza Bra es también el vestíbulo de la Arena, gracias al «listòn», la larga arcada llena de lugares para comer y beber, antes o después del espectáculo, mientras admiras el Anfiteatro, los jardines, el Palazzo della Gran Guardia y el Palazzo Barbieri. Para disfrutar al máximo de una representación, te sugerimos que entres en la Arena sin agobios, optando por un sabroso aperitivo, un tentempié ligero o un buen helado, y que cenes después de la ópera, deleitándote con el ambiente festivo nocturno del Bra junto a otros muchos espectadores.

Contenido elaborado con información proporcionada por el colaborador Fondazione Arena di Verona