Resumen
Representan el pulmón verde de Venecia y se asoman a la cuenca de la Plaza de San Marcos a lo largo de 5.000 metros cuadrados. Deseados por Napoleón, que en 1807 decidió dotar al Palacio de la Corona de una zona verde, fueron posteriormente vendidos al Estado y, en 1920, pasaron a ser propiedad del Ayuntamiento de Venecia y abiertos al público. Se dice que le encantaban a la emperatriz Sissi y en la actualidad se conservan de aquella época algunos de los espacios, como el pabellón neoclásico de Lorenzo Santi, la verja, la pérgola de hierro fundido y el puente levadizo, que todavía se baja en ocasiones especiales para conectar los jardines con la plaza de San Marcos.
El jardinero-arquitecto Paolo Pejrone les dio una nueva vida al reorganizarlos hasta darles el aspecto actual.
Se recomienda una visita en el periodo que va de marzo a octubre,cuando la mayoría de las especies florales florecen y es posible pasear entre glicinas y begonias o por el Pabellón del Café, con el invernadero como telón de fondo.
