Madonna di Campiglio, para un eslalon entre las pistas y lo mundano

A 1550 metros de altitud y rodeada por los Dolomitas de Brenta y los glaciares del grupo Adamello, Madonna di Campiglio debe su transformación de pequeño pueblo de montaña a reina del turismo de esquí a un maderero local: Giovanni Battista Righi ya se había dado cuenta del potencial del lugar en 1868 y compró un antiguo monasterio para convertirlo en un hotel. Fue el primero de muchos en participar en esa apuesta y, así, unos años más tarde Madonna di Campiglio se convirtió en un destino muy codiciado. Entre sus huéspedes se encontraban el emperador austriaco Francisco José y su esposa Sissi, a quienes les gustaba pasear por sus valles.

Tras la Segunda Guerra Mundial, algunos empresarios lombardos invirtieron en instalaciones y estructuras de última generación. Un pasado glorioso del que aún hoy se pueden encontrar huellas en las stube de los restaurantes tradicionales o en los elegantes hoteles del centro: por cierto, no te vayas de Madonna di Campiglio sin antes echar un vistazo a la Sala Hofer del Grand Hotel Des Alpes. 

Entre lagos encantados, bosques y cascadas, Madonna di Campiglio ofrece la posibilidad de esquiar en un territorio infinito, con kilómetros de pistas diferentes según su grado de dificultad, atravesando un entorno montañoso espectacular y variado.

El descenso no es para ti? Dedícate al esquí nórdico por pistas que te permiten sumergirte en la naturaleza virgen del Parque Natural Adamello Brenta. En el Centro fondo Campo Carlo Magno tienes 22 km de pistas, mientras que en el Centro fondo Pinzolo-Carisolo puedes disfrutar de una pista de 5 km con nieve artificial e iluminación nocturna.

Si te gusta el snowboard, aquí hay incluso dos snowparks muy populares: el Ursus, a la llegada del teleférico del Paso de Grosté, donde también encontrarás el mini-Ursus, una zona reservada a los más pequeños, y el Brenta Snow Park, en Pinzolo, al que se llega con el telesilla Grual, y que cuenta con 18 instalaciones para satisfacer las necesidades de todos, tanto de los principiantes absolutos como de los expertos. Por su parte, el lago de Madonna di Campiglio es el punto de referencia para los amantes del patinaje sobre hielo: aquí podrás practicarlo al aire libre pero, si lo prefieres, en Pinzolo encontrará el Estadio del hielo, una instalación cubierta con pista olímpica.

Si hablamos de Pinzolo, quienes buscáis un ambiente más auténtico y menos mundano deberíais planear pasar algún tiempo en esta pequeña ciudad de Val Rendina.

Más discreto que Madonna di Campiglio, pero no menos encantador, Pinzolo ha conservado el sabor de las estaciones de montaña de antaño. En el centro de la ciudad se encuentran edificios antiguos decorados y coloridos y la iglesia de San Vigilio, del siglo XVI, que alberga obras de Simone Baschenis, un reputado pintor bergamasco que pintó los frescos de las Danzas macabras.

Aquí también se encuentra Val Genova, conocido como el "valle de las cascadas": admirar el salto de agua del torrente Nardis, uno de los más altos del Trentino, es una experiencia mística.

El centro balneario Borgo Salute de Caderzone Terme, a pocos minutos de Madonna di Campiglio y Pinzolo, utiliza el manantial de agua ferrosa de Sant'Antonio, ideal para tratamientos respiratorios y vasculares. Además de una sección de terapias hidropínicas, inhalatorias y de balneoterapia, el centro dispone de una zona de bienestar con piscina, sauna, hidromasaje, baño turco, recorrido Kneipp y tratamientos de belleza. El balneario se creó a partir de la remodelación de algunos edificios históricos del pueblo.