Pitigliano

Bandera naranja del Touring Club Italiano

Recorriendo las curvas de la carretera hacia Manciano, cerca del santuario de la Madonna delle Grazie, en un momento dado se tiene una vista extraordinaria de Pitigliano, con las casas encajadas en el borde del peñasco de toba salpicado de cavidades y los grandiosos arcos que sostienen el acueducto diseñado para los Orsini por Antonio da Sangallo. Alrededor se encuentran las colinas del valle del río Fiora y los sugerentes «caminos excavados» de los etruscos.

Precisamente etrusco es el origen de la localidad, que más tarde adquirió un aspecto medieval y renacentista bajo el señorío de los Orsini, entre el año 1293 y el siglo XVI. No te pierdas el grandioso palacio Orsini, hoy sede de un museo, la catedral barroca, la iglesia de Santa María y la judería, con la sinagoga de 1598, memoria de lo floreciente que era la comunidad judía, hasta el punto de que se definió a la ciudad como la «Pequeña Jerusalén».

En la mesa se bebe el vino blanco de Pitigliano y se degustan diferentes platos típicos, como la «acquacotta», el jabalí «a buglione», el «sfratto» (dulce típico judío), el «tortello dolce» y la «migliaccia».