Cafés históricos de Florencia
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Conocer Florencia, a través de sus edificios, sus monumentos y sus museos es un modo eficaz para describir el encanto de la ciudad de los Médici, encanto que ha permanecido intacto a lo largo de los siglos. Visitar sus cafés históricos es entrar en su alma y su historia. Se descubre de este modo que la suerte de algunas de las calles y plazas más famosas de Florencia están unidas precisamente a estos importantes lugares de encuentro. Es, por ejemplo, el caso de la Plaza de la República. La Plaza de la República es una de las más bellas plazas de Florencia, pero contrariamente a lo que se puede pensar, su fama no proviene de la arquitectura o de su famoso arco, sino de los cafés literarios que en ella se encuentran: el Caffé Gilli y el Caffé Paszkowski. Ambos han contribuido en mayor o menor medida a uno de los más importantes fenómenos culturales del siglo XX, el Futurismo, movimiento artístico y literario que celebra los mitos de la modernidad: fuerza, velocidad y potencia como encarnación de la técnica y del progreso.
Caffè Concerto Paszkowski
El Caffé Concerto Paszkowski nació allá por el 1846 como cervecería pero pronto se convirtió en Caffé Concerto, donde se exhibía la famosa Banda Paszkowski y una, muy poco frecuente en la época, orquesta femenina. Este café cervecería se convierte en seguida en un punto de encuentro para los protagonistas de la vida literaria y artística del siglo XX. A principios de la posguerra su vocación musical se decantará definitivamente hacia el cabaret. Hoy sigue conservando esta antigua vocación musical, bien representada por los artistas que se exhiben aquí. También tienen lugar convenios y desfiles de moda, mientras que sus salas de té son un destino obligatorio para los turistas de visita que quieran concederse un descanso. Desde 1991 ha sido declarado monumento nacional.
Caffè Gilli
A principios de siglo también el Caffé Gilli fue un elegante café literario, frecuentado por artistas e intelectuales como Marinetti y Ardengo Soffico. Una cafetería de estilo Belle Époque con paredes de color marfil, lámparas de cristal de Murano, techos con frescos y arcos que confirman el buen gusto y la calidez de los cafés florentinos.
Muchos son los testimonios fotográficos de artistas internacionales inmortalizados dentro de sus salas. Sin embargo, es fuera del Caffé Gilli donde se hizo la famosa fotografía de Ruth Orkin “American girl in Italy, 1951”. La foto con la americana de 23 años Ninalee Craig que camina por la acera frente al bar rodeada por las miradas admiradoras de sus jóvenes clientes, se ha convertido con el tiempo en un conocidísimo icono del cine y de la fotografía.
El Futurismo
El Futurismo, movimiento artístico cultural del siglo XX nace en Italia y se difunde a nivel internacional en un período de profundas transformaciones sociales y políticas. Descubrimientos e inventos que modificaban la percepción del tiempo y del espacio eran objeto de estudio y de análisis político y económico y sus metáforas dieron impulso a nuevos estilos y contenidos artísticos y literarios. Crecidos con el mito de la velocidad, los futuristas buscaban idealmente “quemar los museos y las bibliotecas” para romper con el pasado y concentrarse en un presente en continuo movimiento: el futuro al alcance de la mano gracias a la electricidad, a los aviones y al telégrafo.