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Rutas y experiencias
Un viaje por el mar de Sicilia

La Ruta de los Dioses, itinerario marítimo de Agrigento a Siracusa

Tipología
Boat route
Número de etapas
3
Dificultad
Fácil

El viaje que proponemos se conoce como la Ruta de los Dioses, porque atraviesa territorios tan encantadores que parecen divinos. Un recorrido de 150 millas para descubrir una costa antigua que combina arqueología y naturaleza. Un minicrucero desde el mar de Sicilia hasta el mar Jónico que te emocionará gracias a sus numerosas y fascinantes excursiones.

Día 1

De Agrigento a Pozzallo, entre bellezas y enogastronomía

De Agrigento a Pozzallo, entre bellezas y enogastronomía

Embarcarás en Agrigento, una ciudad con un encanto curioso, o para ser más precisos, en Porto Empedocle, el encantador y marinero pueblo natal de Pirandello, cuyas cenizas se conservan al pie de un pino centenario, cerca de su casa-museo. Pon rumbo al sureste y, nada más pasar los diques, admira el Valle de los Templos, una estampa que supera en belleza a la Acrópolis de Atenas.

Si tienes la suerte de navegar en primavera, te encantará el espectáculo de los almendros en flor, los cuales, en una especie de nube blanca y rosada, son el marco de mitos, leyendas y arquitecturas milenarias.

Desde Porto Empedocle, dirígete a Licata: desembarcarás, pasadas unas 27 millas, en el cómodo puerto deportivo, precedido por el promontorio de Porto Sant'Angelo y el imponente castillo. Haz una parada en las playas de Cala Paradiso, Due Rocche y Mollarella, y date una vuelta por el paseo marítimo, para admirar sus edificios de estilo «art nouveau».

Dirígete a Pozzallo haciendo escala en Gela y aquí no desaproveches la ocasión de abastecerte con algunas de las delicias locales: el vino Cerasuolo di Vittoria, el queso «ragusano» y el chocolate de Modica.

Otro lugar encantador con el que te encontrarás es Santa Croce Camerina, llena de playas, como las de Punta Secca, Casuzze, Kaukana y Punta Braccetto.

El valle de Noto y sus excelencias

El valle de Noto y sus excelencias

Avista Pozzallo, que se anuncia con la torre Cabrera y el acogedor puerto de la playa Pietre Nere: este es el punto de partida para visitar Noto, joya del Barroco.

Vuelve al mar y dobla, tras una travesía de 19 millas, el cabo Passero, extremo oriental de Europa. A continuación, estarán Paquino, donde te puedes abastecer de tomates, y Marzamemi, monumento de la pesca y las almadrabas.

Prosigue hasta Avola, a otras 25 millas: aquí respirarás la inmensidad del mar, rodeado por los montes Ibleos. Disfruta de una buena copa de Nero d'Avola, un excelente vino local.

Siracusa, para caminar entre tres mil años de historia

Siracusa, para caminar entre tres mil años de historia

Ya casi has llegado a la última etapa: Siracusa, la ciudad eterna. Te faltan menos de 20 millas, solo tienes que doblar el cabo Plemmirio.

Siracusa, patria de Arquímedes, conserva el encanto de antaño.

Atracarás en un puerto que es en sí mismo un teatro, antes de visitar la zona arqueológica propiamente dicha.

La ciudad está rodeada de islotes: la isla (aunque no se pueda seguir considerando como tal) más intrigante es Ortigia. Ortigia alberga construcciones de pescadores, palacios de comerciantes, plazoletas, vestigios griegos y el mito de la fuente de Aretusa, poza de agua dulce y muy fresca, a poca distancia del mar.

El castillo Maniace, el palacio dell'Orologio, la catedral y la necrópolis de Pantálica han hecho que Siracusa sea Patrimonio de la Unesco.

Caminando por sus calles recorreremos tres mil años de historia, mecidos por el canto de las sirenas que llegan del mar.

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