La construcción original del castillo se remonta presumiblemente al siglo XII, época en la que la familia San Martino fue ganando importancia en la zona del Canavese. La primera transformación de la casa solariega original se llevó a cabo en 1646 a instancias del conde Filippo San Martino. La autoría de este diseño se atribuye a Amedeo di Castellamonte. Tras la muerte de Filippo di Agliè, el castillo tenía una configuración fundamentalmente simétrica, con un patio interior y otro exterior, abiertos hacia el pueblo, y la fachada este caracterizada por dos torres pabellón que daban a un jardín con parterres. En 1763, los Saboya adquirieron el castillo como dote para el segundo hijo de Carlos Manuel III, Benedetto Maria Maurizio, duque de Chiablese, en ese momento, el arquitecto Ignazio Birago de Borgaro asumió la responsabilidad de acometer un nuevo y grandioso proyecto de remodelación del complejo. El pueblo también se vio afectado por el vasto plan de renovación, con la construcción de la actual iglesia parroquial, que se conectaba con el castillo gracias a una galería cubierta de dos pisos, aún existente. Birago convocó en Agliè a numerosos artistas vinculados a la Corte de Turín, como los hermanos Filippo e Ignazio Collino para los trabajos de estatuaria de las fuentes, y Giuseppe Bolina para los elementos decorativos del gran vestíbulo de entrada. También se trazaron los jardines y el parque, con una fuente de agua a lo largo del eje longitudinal, conservada hasta hoy en la parte del jardín de la azotea cercana al castillo. Durante la dominación napoleónica el castillo fue transformado en hospicio, mientras que el parque fue subdividido y cedido a particulares, después de la Restauración, en 1823 el castillo volvió a formar parte de las posesiones reales. Dos años más tarde comenzó la última intervención de adaptación de los apartamentos, por parte del rey Carlos Félix. El castillo fue redecorado por artistas de la corte, entre ellos el escultor Giacomo Spalla, que acondicionó la Sala Tuscolana, con objetos encontrados en la Villa Rufinella de Frascati, propiedad de Carlos Félix y de la reina María Cristina. En la segunda mitad del siglo XIX se reconstruyó la Galería Verde. Entre 1830 y 1840, el parque fue ampliado hasta su tamaño actual de 34 hectáreas y modificado radicalmente por Xavier Kurten siguiendo el estilo paisajista «a la inglesa», abandonando las simetrías verdes por un trazado de estilo romántico, que aún es visible hoy en día. En 1939, el castillo se vendió al Estado y se convirtió en museo, manteniendo intactos su estructura y mobiliario.
Suscríbete al Boletín de Noticias para no perderte los lugares, los eventos y las experiencias para vivir la mejor faceta de Italia: la auténtica.
La direción de correo electrónico insertada no es válida
Mantente al día
¿Quieres conocer las experiencias más auténticas en Italia, estar al día con los eventos más interesantes, descubrir nuestras ofertas especiales y recibir tantos consejos y sugerencias privilegiadas?
Guarda tus lugares favoritos
Cree una cuenta o inicie sesión para guardar su lista de deseos.
Compartir
¡Ups! Hubo un error al compartir.Acepta las cookies de perfil para compartir esta página.