Valle de Vigezzo

A diferencia de los otros valles de Ossola, más estrechos por el firme abrazo de las laderas de las montañas, el valle de Vigezzo, empinado y estrecho en sus extremos, se extiende en el tramo intermedio sobre una amplia meseta plácida y soleada. Es un lugar de una belleza escondida y discreta que se revela a la mirada de quienes tienen curiosidad y van a buscarla. Una excelente manera de visitarlo es a bordo de los trenes de la línea ferroviaria Vigezzina Centovalli, un ferrocarril histórico que, desde los años veinte del siglo pasado, conecta Domodossola con Locarno, en Suiza, pasando por pueblos de piedra de cuento de hadas, bosques densos, puentes de hierro y túneles excavados en la montaña que revelan un paisaje increíble. La capital del valle es el pueblecito de Santa Maria Maggiore, cuyas casas tienen las paredes pintadas con frescos de temas religiosos y en cuyos techos destacan las siluetas de los deshollinadores. En el centro del pueblo, la impresionante parroquia de la Assunta, de estilo neoclásico y campanario románico, conserva notables frescos en su interior.