En Ostia Antica, punto de llegada de la vía Ostiense, podemos disfrutar de dos caras. Por una parte está el Parque Arqueológico, donde podrás visitar las excavaciones y ruinas de la gran ciudad romana de Ostia, el histórico puerto de la urbe, que en su período de máxima pujanza superaba los 50 000 habitantes. Y, por otro lado, encontramos el pueblo de Ostia Antica, nacido en la alta Edad Media sobre la necrópolis cristiana de la ciudad romana. Aquí se refugiaron los últimos habitantes de la ciudad original para escapar de las incursiones sarracenas. En el siglo IX, el asentamiento fue transformado en una ciudadela fortificada (llamada «Gregoriopoli») por el papa Gregorio IV, quien estableció una aduana y el centro de control sobre las salinas de Ostia, que permanecieron activas incluso después del declive del puerto. El municipio vivió su época dorada en el siglo XV, siglo en el que primero el papa Martín V y luego el cardenal Guglielmo d'Estouteville reforzaron las murallas y otras estructuras defensivas, además de mejorar las condiciones de habitabilidad; y el cardenal Giuliano della Rovere (futuro Julio II) llevó a cabo la reconstrucción de la basílica catedral de S. Aurea y transformó la Rocca en un castillo, obra para la que confió en el genio de Baccio Pontelli.
También se remonta a la segunda mitad del siglo XV el palacio episcopal, reconstrucción de una sede anterior. Sin embargo, el ala entre la iglesia y las murallas de la ciudad data del siglo XVI, al igual que los frescos de la primera planta, encargados por el cardenal Raffaele Riario a Baldassarre Peruzzi (1508-1513) e inspirados en la Columna de Trajano. En la actualidad, se conmemora ese período de gloria en dos ocasiones al año, con las ediciones de verano y otoño del Palio di Ostia Antica, una recreación con vestuario de la época de un palio renacentista. El municipio cayó en desgracia a favor de Fiumicino como resultado de la trágica inundación del Tíber en 1557, que provocó que la ciudad romana quedase enterrada y, tras modificar de manera permanente el curso del río, anegó e hizo insalubre la campiña circundante.