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Caminos
ITALIA

La Strada Regia delle Calabrie - Parte 2: Del Sele a los Alburni, entre antiguas tabernas y masías.

Tipología
Caminos
Duración
4 días
Número de etapas
11
Dificultad
Medio

La Strada Regia delle Calabrie es un itinerario sorprendente que atraviesa territorios y pueblos auténticos, dando a conocer sus bellezas, su historia y sus antiquísimas tradiciones de hospitalidad y acogida.

En esta segunda sección del itinerario profundizaremos en los siguientes 4 días de la ruta, desde Salerno a Auletta, a través de la llanura del Sele, una de las principales zonas de producción agrícola del Mezzogiorno, para llegar a los verdes paisajes de los montes Alburni. A lo largo de la Strada delle Calabrie nos encontraremos con antiguas masías, granjas de búfalos y numerosas queserías donde se produce la apreciadísima «mozzarella». Después, al atravesar el campo situado a los pies de los Alburni, la ruta, que aquí recibe el nombre de «via delle taverne» (ruta de las tabernas), nos recuerda que en el pasado había numerosas tabernas y posadas para que descansaran los viajeros. En las laderas de las montañas, abundan pequeños y pintorescos pueblos que, como si fueran unos «centinelas», observan desde lo alto la antigua carretera. 

Día 1

Pontecagnano Faiano

Pontecagnano Faiano

Desde el centro de Salerno, la ruta discurre paralela al precioso paseo marítimo. Tras cruzar el puente sobre el río Irno, encontramos un pequeño promontorio sobre el que se erige la Fortezza della Carnale, un antiguo baluarte militar que custodia la Strada delle Calabrie. La antigua vía llega al pueblo de San Leonardo, bordeando las austeras fachadas de antiguas tabernas del siglo XIX y palacios nobiliarios aún bien conservados.

El puente sobre el río Picentino es el punto de entrada a la localidad de Pontecagnano Faiano. El «Ponte di Cagnano», como se indica en los antiguos mapas, además de dar nombre a la ciudad, ha tenido en los últimos siglos una importancia fundamental en las conexiones situadas en dirección Calabria. Del antiguo puente ya no hay rastros, ya que ha sido sustituido por una moderna estructura de hormigón.

Pontecagnano se encuentra en el territorio de la zona más antigua de Picentia, de origen etrusco. Los restos de una parte de la antigua ciudad romana han sido desenterrados en la zona entre Pontecagnano y la aldea de Sant’Antonio, donde hoy es posible visitar un museo y un parque arqueológico.

A lo largo del tramo que conduce a Éboli verás más edificios de gran tamaño, sede de las antiguas tabernas que proporcionaban refrigerio a los viajeros. Algunas de ellas, como la Taverna Penta, es hoy en día una quesería para la producción de «mozzarella» de búfala.

Montecorvino Pugliano

Montecorvino Pugliano

En su camino hacia la llanura del Sele, la Strada Regia delle Calabrie bordea el territorio situado después del pueblo de Montecorvino Pugliano, en el lugar donde, hasta el siglo XIX, se encontraba la casa de postas de Picenza. 

Pasados unos dos kilómetros de la aldea de Sant'Antonio a Picenza, todavía es posible ver el gran edificio que albergaba la Taverna del Pagliarone, que aún hoy, después de muchos siglos, cumple su función como lugar de parada y fonda para quienes viajan a lo largo de la concurrida Strada Statale 18. El caserón aún conserva un portal de piedra con la decoración típica de los edificios históricos de Salerno.

Tras dejar atrás la Taverna del Pagliarone, encontrarás, no muy lejos, el cementerio de guerra de la Commonwealth, un lugar con un fuerte impacto emocional. Allí están dispuestas en perfecto orden las tumbas de 1846 soldados ingleses, canadienses, indios, sudafricanos y neozelandeses que perdieron la vida durante la Segunda Guerra Mundial, tras la operación Avalanche. Dicha maniobra tuvo lugar en septiembre de 1943 por parte de las tropas aliadas que desembarcaron en el litoral entre Salerno y Paestum. Una parte de la historia reciente que merece ser recordada y contada.

Montecorvino Pugliano
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Día 2

Bellizzi

Bellizzi

En su camino hacia Éboli, la carretera atraviesa por un breve tramo Bellizzi, el más «joven» de todos los municipios de la provincia de Salerno. De hecho, la fecha de su fundación se remonta al 1988. 

Nos encontramos en la «Piana del Sele», un territorio con una fuerte tradición agrícola, conocido por sus delicias gastronómicas (entre ellas, la excelente «mozzarella» de búfala) y por su floreciente producción hortofrutícola, una de las mayores de Italia.

Recientemente galardonado por el Consejo de Europa por la excelencia en la «Governance», Bellizzi es un interesante ejemplo de administración exitosa del sur de Italia. Un pueblo pequeño y trabajador, donde es posible visitar una de las numerosas granjas de búfalas, con itinerarios didácticos para familias y niños, en los que se ilustran todas las fases de la producción de la «mozzarella».

Pero Bellizzi también es cultura y espectáculo. Cada año, entre finales de agosto y principios de septiembre, se celebra el Premio Fábula, un concurso de escritura creativa dirigido a los más pequeños, con encuentros y debates en los que participan personalidades famosas del mundo del cine, la cultura y el espectáculo.

Battipaglia

Battipaglia

Battipaglia es uno de los principales centros de la llanura del Sele, sede por excelencia de la producción de la «mozzarella» de búfala de Campania DOP. Hay muchas y bien surtidas lecherías donde se puede degustar no solo la excelente «mozzarella», sino otros productos como yogures, quesos y helados elaborados con leche de búfala. 

Las modernas explotaciones agrícolas diseminadas por la extensa campiña que se extiende hasta el mar se alternan con antiguas masías, edificios de gran importancia histórica y notable valor arquitectónico. La primera que encontrarás es la Masseria Belvedere, cerca de la iglesia de Santa Maria delle Grazie, un edificio austero e imponente del siglo XVI, espléndido testimonio de la centenaria tradición campesina del territorio. Otras estructuras similares en la zona son la Masseria de la Morella, que hoy alberga un moderno complejo agroturístico, y la Masseria Farina di Fiorignano. Esta última, ya en estado de abandono, representa otro testimonio interesante de la historia y la vocación rural de la llanura del Sele. De hecho, en estos edificios se desarrollaba una verdadera vida comunitaria basada en la agricultura y la ganadería.

El puente sobre el río Tusciano marca la entrada al animado centro de Battipaglia, que se extiende a lo largo de la antigua Strada delle Calabrie. Esta ruta, abandonado en la actualidad el trazado de la SS18 (Tirrena Inferiore), continúa por la moderna SS19 (delle Calabrie) hasta Cosenza.

Éboli

Éboli

En el tramo desde Battipaglia hasta Éboli, la Strada Regia delle Calabrie bordea las nuevas pendientes de la Autostrada del Mediterraneo, atravesando una extensa zona industrial, donde la única excepción es el área ocupada por Villa Conforti, un hermoso ejemplo de masía fortificada de finales del siglo XVIII, perteneciente a una de las históricas familias salernitanas. 

Éboli es una ciudad con un origen antiguo, llena de interesantes testimonios históricos y arquitectónicos. En la época de los romanos ya era una casa de postas de la vía Popilia y siempre ha sido un importante cruce comercial y agrícola. La ciudad, que se hizo famosa por la novela de Carlo Levi Cristo se detuvo en Éboli, hasta la primera mitad del siglo XX fue el punto de llegada de la línea ferroviaria procedente del norte.

El núcleo histórico se encuentra entre el castillo Longobardo y la iglesia de San Francesco, donde, en las instalaciones del antiguo convento, se halla un interesante museo arqueológico con objetos que datan del Neolítico. A poca distancia están la basílica de San Pietro alli Marmi, un precioso complejo conventual de la época normanda y el Museum of Operation Avalanche, que explica el desembarco de las tropas aliadas en el litoral de Salerno durante la Segunda Guerra Mundial.

En las pintorescas callejuelas del centro histórico, puedes hacer un alto en una de las pequeñas «trattorie» en las que degustar la excelente cocina de la tradición local.

Día 3

Campagna

Campagna

Al salir del centro de Éboli, el itinerario alcanza la bifurcación con la «Via del Grano», la antigua carretera que conducía a Melfi. En este punto se encuentra el epitafio de Fernando IV de Borbón, encargado por el soberano en 1797 para inaugurar la apertura de esta gran arteria, creada para facilitar el transporte del trigo hasta Nápoles. A lo largo de ella se puede llegar al pintoresco centro histórico de Campagna, que se encuentra enclavado entre las montañas, a lo largo del curso del río Tenza. Los monumentos y los ejemplos de arquitectura histórica que hay que visitar son numerosos e interesantes, además de hallarse en un contexto paisajístico muy evocador.

Una vez de vuelta en el recorrido histórico, se desciende hasta el puente del río Sele, que marca la frontera con el municipio de Serre. El puente es uno de los más importantes de la Strada Regia delle Calabrie y tiene una historia muy interesante. Construido en 1625, en tiempos de Felipe IV de España, consta de cinco arcos, el último de los cuales fue diseñado en 1760 por el célebre arquitecto Luigi Vanvitelli y reconstruido por los estadounidenses después de que se viniera abajo durante los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial.

No muy lejos se encuentra el Oasis WWF de Persano, una gran área natural protegida, conocida sobre todo por la presencia de la nutria, un raro mamífero en riesgo de extinción en Italia.

Serre

Serre

Una vez superado el río Sele, se encuentra el camino que conduce al complejo militar que alberga el Palacio Real de Persano, un elegante pabellón de caza encargado por Carlos de Borbón en 1753 y diseñado por Luigi Vanvitelli. En su interior hay una escalera preciosa que termina con la estatua de mármol de un perro, atribuida a Antonio Canova.

El itinerario histórico, por su parte, discurre por un tramo de tierra inclinado que coincide exactamente con la antigua carretera de la época borbónica. Se pueden ver restos del empedrado, los parapetos originales y las barbacanas de contención de piedra. En la cima de este tramo se encuentra el epitafio de Fernando IV de Borbón, erigido en 1779 para inaugurar la nueva carretera hasta Castrovillari. En la lápida, la inscripción en latín narra enfáticamente las difíciles fases de su construcción.

Estás en Serre, un pequeño municipio al pie de los montes Alburnos cuyo centro histórico, como el de todos los pueblos que se encuentran hasta Basilicata, está situado en un promontorio desde el que se puede vigilar la carretera, como ocurría hasta el siglo XIX para protegerse de las incursiones enemigas.

A lo largo del tramo que atraviesa el territorio de Serre, todavía se pueden ver las huellas de la vía Popilia, la antigua carretera romana que conectaba las ciudades de Capua y Regio de Calabria.

Postiglione

Postiglione

El itinerario histórico comienza a adentrarse en un extraordinario paisaje natural, no muy diferente del que se habría encontrado el viajero del siglo XVIII. En muchos tramos todavía se encuentran los restos del empedrado romano de la vía Popilia (también conocida como vía Capua-Regium) y el recorrido de la carretera se mantiene fiel al del mapa borbónico hasta entrar en el territorio del municipio de Postiglione.

Ya por su nombre, el pequeño pueblo situado a los pies de los montes Alburnos da a entender los orígenes y el rol de puesto de avanzada que desempeñaba a lo largo de la Strada Regia delle Calabrie: Postiglione siempre ha sido un lugar privilegiado para observar el territorio hasta el mar, hasta tal punto que recibió el sobrenombre de «balcón de los Alburnos».

No en vano, en el valle del pueblo, se encontraba la antigua y famosa Taverna della Duchessa, un punto histórico para los viajeros que transitaban por el sur de Italia, donde podían hacer un alto y recuperarse, el cual se describe ampliamente en los diarios de viaje del «Grand Tour» del siglo XVIII. Este edificio también tenía la función de casa de postas y cambio de caballos y ya estaba claramente señalizado en los antiguos mapas de carreteras del siglo XVI. Hoy en día se puede ver buena parte de la estructura original: es el único ejemplo que mantiene intactas sus formas en todo el trayecto hasta Castrovillari.

Día 4

Sicignano degli Alburni

Sicignano degli Alburni

El largo tramo que atraviesa el territorio de Sicignano degli Alburni es, sin duda, uno de los más fascinantes de la Strada Regia delle Calabrie, tanto por la belleza del paisaje como por la importancia histórica transmitida a través de los relatos de los viajeros del pasado.

Una larga subida conduce al paso del Scorzo, un lugar histórico de descanso y recuperación en donde aún hoy es posible detenerse en una de sus tabernas para degustar los excelentes platos de la tradición de los Alburnos y escuchar las historias que cuentan los propietarios, que llevan aquí generaciones. La tradición quiso que en estos lugares se parase a comer ya en tiempos de los romanos. En el tramo entre las aldeas de Scorzo y Zuppino, unos estudios arqueológicos recientes han colocado la Nares Lucanae, una casa de postas situada en la antigua vía Popilia, donde parece que se detuvo Cicerón en el 58 a. C., quien alabó la calidad de las salchichas que se servían (las «lucaniche» o «luganeghe»).

Una vez superado el paso del Scorzo, la Via delle Taverne continúa cuesta abajo hasta la aldea de Zuppino, bordeando de vez en cuando algunos grandes edificios residenciales, antiguamente utilizados como posadas. Zuppino es la aldea más grande de Sicignano degli Alburni. En su plaza se encuentran el edificio que albergaba la Taverna del Fiumicello y una antigua fuente de la que brota un agua muy fresca, descrita ya en la época romana.

Petina

Petina

Al atravesar el territorio de Sicignano degli Alburni, nos siguen llamando la atención las antiguas tabernas situadas al borde de la carretera. Edificios de formas sencillas y austeras, con fachadas adornadas con portales de piedra que llevan grabada la fecha de construcción. Taverna dell'Annunziata, Taverna dell'Olmo y Taverna di San Giuseppe, son algunos de los edificios señalados en los mapas de los viajeros del siglo XVIII, todavía existentes y envueltos en el encanto melancólico de los lugares de antaño.  

Si continúas en dirección a Auletta, te toparás con un tabernáculo y una pequeña calle que conduce al Santuario dell'Incoronata, una pequeña iglesia de origen medieval, un lugar histórico de parada para los viajeros que iban en peregrinación a Roma. Un poco más adelante se encuentra la Fontana della Regina, una pequeña pero solemne construcción barroca con una placa que recuerda el episodio en el que el rey Fernando IV de Borbón y su esposa María Carolina se detuvieron durante un viaje en 1793 para saciar su sed en la fuente.

Una vez en Sicilia, la ruta atraviesa un pequeño tramo situado después del pueblo de Petina, un pintoresco pueblecito medieval encaramado en las laderas del macizo de los Alburnos, un lugar ideal para hacer un alto marcado por la naturaleza y los auténticos sabores del territorio.

Auletta

Auletta

La Strada Regia continúa su camino en el mismo territorio por el que transitaba la Via Popilia en época romana. Así lo demuestra el Ponte della Difesa, una estructura de claros orígenes romanos que los historiadores han identificado como el único puente que aún existe sobre el trazado de la ruta Capua-Regium. Los restos se encuentran en la orilla opuesta del río Tanagro, en el territorio de Auletta. De los cuatro o cinco arcos originales hoy solo quedan en pie los dos primeros.  

Cruzando la agradable campiña a los pies de los Alburnos, la ruta llega al puente sobre el río Tanagro y a la bifurcación que conduce al pueblo de Auletta. Poco antes de llegar al puente, la carretera bordea unas antiguas ruinas cubiertas de vegetación: se trata de la antiquísima Taverna del Ponte, que albergaba la casa de postas de Auletta. Esta estructura aparece descrita a menudo en los diarios de los viajeros del pasado, en particular por el famoso sismólogo irlandés Robert Mallet, que detalla los daños causados por el terremoto de 1857.

El pueblo de Auletta aún conserva intacto su aspecto medieval. Gracias a su arquitectura y numerosos lugares de interés histórico, se encuentra entre los pueblos más interesantes de toda la Strada Regia. Lugar de producción de un preciado aceite de oliva, el pueblo es famoso sobre todo por el «Festival de la alcachofa blanca del Tanagro», una auténtica exquisitez gastronómica del territorio.

 

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