Borgo Teresiano

Una geometría de manzanas mandada construir entre finales del siglo XVIII y mediados del XIX por la emperatriz María Teresa: de ahí el nombre del barrio. Anteriormente, en la zona solo había salinas que hubo que drenar. Las normas de planificación imperiales eran precisas: los edificios debían tener tres plantas, los almacenes en la planta baja, estancias para los sirvientes en el entresuelo, oficinas a una altura suficiente para recibir luz natural y un patio interior ajardinado.

Paseando hoy entre tiendas, tiendecitas y restaurantes, cuesta percibirlo. Aun así, debemos detenernos para contemplar los escaparates de una ciudad en la que todavía resisten empresas de pequeño comercio familiar, con su carácter y su orgullo. Luego podemos asomarnos a las aguas del Gran Canal, para descubrir barcos amarrados, mesitas en los cafés e iglesias de diferentes cultos.