Roccabianca

Situada entre las orillas del Po y las riberas del Taro, la pequeña localidad de Roccabianca se reúne en torno a la majestuosa fortaleza del siglo XV, erigida por Pier Maria Rossi para su amada Bianca Pellegrini.

Antiguo asentamiento romano, en la Edad Media fue cedido por Federico Barbarroja como feudo a los Pallavicino.

Como típico castillo de llanura, la fortaleza de Roccabianca se alza sobre el pueblo con sus poderosas murallas intercaladas con torres, entre las que destaca la alta torre del homenaje que se eleva desde el patio central.

Surgido como signo de amor, el castillo alberga hoy en sus antiguas bodegas el Museo della Distilleria (Museo de la Destilería), que ofrece una importante visión de la historia de los licores, los aguardientes y el vinagre balsámico, así como las salas de envejecimiento de los Culatelli.

La visita a la planta noble permite admirar las preciosas decoraciones con frescos y estuco que adornan esta espléndida residencia situada como baluarte a lo largo de la Strada del Culatello.