En Lecco, para un itinerario romántico tras las huellas de los Novios

Una vez que llegue a Lecco, comience su dulce recorrido desde Pescarenico, el único distrito de la ciudad expresamente mencionado por Manzoni. Antiguo pueblo de pescadores, hoy conserva gran parte de su estructura original, con las callejuelas que se extienden alrededor de la céntrica Piazza Era y a lo largo del río Adda. 

Aquí, durante el verano, con motivo del Festival de Pescarenico, se lleva a cabo la sugerente regata de bateos y lucie, las típicas embarcaciones de madera de Lecco, mientras que durante todo el año es posible reservar un paseo en uno de estos barcos históricos. Precisamente en este bonito pueblo en la orilla izquierda del río Adda, se encuentra el antiguo convento de los frailes capuchinos, hogar de Fra' Cristoforo. Aquí, también se puede leer el pasaje de la novela en la que Lucía hace su Adiós a las montañas.

Luego, paseando por el centro de la ciudad, se encontrará con Villa Manzoni, un edificio neoclásico ubicado en el distrito de Caleotto, que hoy es un museo literario que recorre la vida y las obras del famoso escritor, poeta y dramaturgo italiano. Sin embargo, una vez fue la residencia de la familia de Alessandro Manzoni que, como él mismo escribe en la introducción, pasó aquí toda su infancia, adolescencia y juventud. Merecen una visita también la Torre Viscontea y el Palacio de los Miedos. La primera, también conocida como Torre Medieval, es el único testimonio visible de la antigua fortaleza del castillo que rodeaba el pueblo, mientras que el Palazzo delle Paure es un edificio que ahora se utiliza como museo y que periódicamente ofrece exposiciones realmente imperdibles.

Para llegar a Lecco desde Milán o Bérgamo, se tarda aproximadamente una hora, ya sea que viaje en coche o en tren. Si, por el contrario, sales de Bellagio, tardarás poco más de mediahora en coche. 

Desde el centro histórico nos trasladamos a dos barrios con un auténtico alma manzoniana, Acquate y Olate. Aquí, de hecho, se encuentran las dos presuntas casas de Lucía Mondella: presuntas porque nunca fue posible identificar con certeza dónde Manzoni imaginó que vivía su protagonista femenina. En ambos casos se trata de viviendas muy sencillas, en el clásico estilo local. 

La casa de Lucía en Acquate ahora alberga una taberna: se encuentra en Via Lucia. Desde el patio también se puede ver la colina Zucco, donde se encontraba el Palazzotto de Don Rodrigo. No hay duda, en cambio, sobre la iglesia donde el temeroso Don Abbondio debía celebrar la boda de los dos enamorados, la de San Giorgio ad Acquate.

Si, por el contrario, lo tuyo son las vistas, apuesta por la Basílica de San Nicolás y reserva una visita al campanario: con sus 96 metros es uno de los más altos de Europa. Puede ser un poco agotador, pero sin duda valdrá la pena: desde aquí se ve todo Lecco y más allá. No te arrepentirás.

Desde Acquate, después de unos 10 minutos de caminata siguiendo Viale Tonale, llegará a Olate. La segunda, supuesta, casa de Lucía, se encuentra justo aquí, pero no se puede visitar.

En cambio, en Olate encontraréis la Iglesia en la que, después de muchas peripecias, se celebraron finalmente las bodas de Renzo y Lucía: la Iglesia de los Santos Vitale y Valeria. Cruzando Corso Bergamo se llega a Vercurago, donde se encuentra la Rocca dell 'Innominato.

Es hora de volver a la orilla del lago, para una experiencia verdaderamente inolvidable y sugerente. Aquí, de hecho, puede decidir vivir una actividad verdaderamente folclórica: un recorrido por el Golfo en un barco taxi, disponible de abril a septiembre. 

La excursión dura unos treinta minutos y toca algunos de los rincones más sugestivos del Lago: se bordea la Canottieri Lecco y se toca el punto donde el lago se encuentra con el Adda, hasta llegar al paseo del lago de Malgrate con la Rocca al fondo, las «dos cadenas ininterrumpidas de montes» de memoria manzoniana, con las cimas de la Grigna y del Resegone.

El lago, por supuesto, también se puede apreciar desde el suelo gracias a un paseo que toca diferentes puntos de la ciudad y ofrece vistas muy sugerentes. 

Salga de la céntrica Piazza Cermenati, con vistas al Golfo, y continúe hasta la zona de Santo Stefano, pasando por el embarcadero y Piazza Stoppani: aquí se encuentra la estatua dedicada a San Nicolò, patrón de la ciudad. Se trata de un punto estratégico, desde el que podréis disfrutar de un bonito panorama, enmarcado por los Alpes en el horizonte.
Hemos llegado a la última etapa de nuestro día, listos para disfrutar de una hermosa puesta de sol: ¡hará que todo sea aún más romántico!