Descripción de la experiencia

Los dos mártires, San Marcelino y San Pedro, fueron asesinados en la persecución del año 304 d.C. y perdieron la cabeza -literalmente- en Roma. Y lo que es peor. Antes de ser asesinados, fueron obligados a cavar su propia tumba, con sus propias manos.

Explora tú mismo la truculenta historia cuando entres en las antiguas catacumbas, que ocupan una superficie de 18.000 metros cuadrados. Tu guía te conducirá por este cementerio subterráneo, que abarca tres niveles y fue excavado entre los siglos III y V d.C. Alrededor de 20.000 y 25.000 personas descansan en paz, junto con numerosos mártires de la persecución de Diocleciano.

Observa las lápidas que cubren los nichos (conocidos como loculi) y echa un vistazo a las inscripciones de los primeros cristianos en las lápidas de mármol. Una mirada fascinante a la historia de Roma.

Información adicional