Atina

Atina "la poderosa", como  definió Virgilio la ciudad fundada por Saturno, en una colina que domina el río Melfa y el valle del Comino, rodeada de murallas poligonales que aún son parcialmente visibles, en un paisaje de verdes colinas. La monumental Porta dell'Arco invita a pasear por el centro histórico entre plazuelas, palacios embellecidos con objetos antiguos, hasta llegar al Palacio Ducal, con sus hermosas ventanas ajimezadas de dos luces y portal gótico en la fachada; en su interior encontramos la capilla de Sant'Onofrio, una pequeña joya del siglo XIV pintada al fresco. A su alrededor se encuentra la iglesia parroquial de Santa María Asunta, construida entre 1725 y 1746 sobre la primitiva catedral paleocristiana, y quizás incluso sobre los restos del templo de Saturno, y el Palacio Episcopal. Pero Atina es mucho más que un pueblo encantador. Animada en verano con el festival internacional de jazz, también lo está en la mesa. No te pierdas el Fagiolo Cannellino Bianco di Atina DOP, y el Cabernet Atina DOC, de color rojo rubí, intenso y aterciopelado.